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Por siglos, la madera de buena calidad encontrada en los bosques de México, ha sido materia de prima de mucha fuerza y gran belleza para los artesanos que de ésta fabricaron piezas sagradas. La ebanistería y madera conservada en la Catedral confiere un elemento natural y exquisito a los muebles en uso.

Un ejemplo de suprema calidad en ebanistería, lo vemos en el estante o armario en la sacristía de la Catedral; esta pieza, bellamente tallada en madera de caoba, funciona como cómoda para las ropas y vestimentas litúrgicas, es de grandes dimensiones y de una exquisita calidad arquitectónica, con elaborados diseños de flores y hojas grabadas sobre el frente que le confieren un acabado armónico y una apariencia palaciega.

Las mamparas de las puertas y rejillas confesionales son elaboradas en un lenguaje decorativo de superficies delicadamente perforadas, graciosos diseños recortados aparecen en siluetas cuando se les ve a contra luz. Elaboradas en maderas gruesas y oscuras, estas piezas prácticas combinan formas y diseños de cruces flores, y motivos abstractos que recuerdan los abanicos y mantillas de encajes.

El Ambón merece una nota especial porque de ahí la congregación escucha la lectura del Santo Evangelio durante la Misa.

El diseño limpio y suave de éste, concuerda con las líneas sencillas y los elementos decorativos y modestos del interior de la Catedral. Se ve correcto que el frente solamente esté adornado con un escudo arzobispal cuyo emblema se sitúa en medio de una moldura biselada y guardada por un par de cabezas de ángeles.

Al frente, en el presbiterio, la silla del arzobispo elegantemente tallada y la sillería del Cabildo a los lados, ofrece otra muestra del arte de tallar madera. La sillería ilustra los resultados excepcionales que se pueden lograr con madera de caoba; aquí, los lados de cada partición, con un acabado como seda, son tallados en forma de volutas que dan las bases para ángeles emplumados que salen mirando de cada brazo.

La visita del Papa Juan Pablo II a la Catedral, el 11 de agosto de 1993, marca un punto clavee en su historia. El reclinatorio en donde su Santidad oró durante esta visita, adornado con escudo Papal y la silla que utilizo durante la misa en Xoclán, son guardados en la sala Capitular como recuerdos valiosos de su visita a Yucatán.

For centuries the superb quality of wood found in the virgin forests of Mexico has provided material of great strength and beauty from which the artisan could fashion sacred pieces. The cabinetry and woodwork preserved in San Ildefonso confer a natural, often exquisite, element to the furnishings used by the clergy.

An example of the splendid woodwork created for the vicariate is the armoire, or chest, in the Cathedral sacristy. This piece, handsomely fashioned in mahogany, functions as a chest for liturgical cloths and garments. Its substantial dimensions lend an architectural quality to the work. Intricate floral and foliate designs carved into the surface provide a harmonizing finish that gives the armoire its courtly appearance.

The screens of the doors and smaller confessional lattices are worked in a decorative language of intricate perforated surfaces. Graceful cutout designs appear in silhouette when their shapes are placed against the light. Fashioned in rich, dark woods, these practical pieces combine patterns and delicately detailed shapes to form crosses, flowers, and striking abstract forms reminiscent of lace fans and latticework.

The pulpit is worthy of special note, since it is here that the congregation focuses its attention at the reading of the Gospel during the Mass. (1) The clean, smooth design of the pulpit is in keeping with the simple lines of San Ildefonso´s interior and its modest decorative elements. It is fitting that the pulpit´s front is ornamented only with the shield of the Archdiocese of Yucatán. The emblem rests within a beveled molding and is guarded by a pair of angels´ heads.

side of the presbytery offer a contrasting approach to the art of carving in wood. The choir stalls illustrate the exceptional results possible when the medium is mahogany. Here, the satin-like sides of each partition are carved in the shape of volutes that give rise to feathered angels gazing out from each arm.

The visit of Pope John Paul II to the Cathedral on the 11th of August, 1993 marks a high point in the history of San Ildefonso. The prie-dieu, or kneeling desk, adorned with the Papal shield, where his Holiness prayed during his visit, as well as the chair used by the Pope for the mass in Xoclán, are preserved in the Chapter Hall as cherished reminders of the Holy Pontiff´s journey to Yucatán.