En 1979, Silvia había empezado a trabajar en un censo artesanal para determinar el número y especialidad de los artesanos del estado de Yucatán, en coordinación con Ady Rosa Cuaik, la eficiente y decidida directora de la Casa de las Artesanías del gobierno estatal. En este trabajo, yo empecé a acompañar a Silvia en sus visitas a las y los artesanos de los pueblos rurales para tomar fotos de sus actividades.
En estas salidas entablamos una cálida relación con la alfarera tradicional Juanita Dzul del pueblo de Uayma. Con sus trabajos y mis fotos montamos una exposición en la Casa de las Artesanías, museografiada por Gildo González.
Cuando en 1980 se inauguró un museo de artesanías en el antiguo Convento de La Mejorada, con visión y piezas tanto nacionales como locales yucatecas, yo me hice cargo de una serie de 38 fotografías de gran formato para ilustrar las actividades artesanales.
El museo fue financiado con recursos federales del entonces Instituto Nacional Indigenista (INI) y locales del gobierno del estado. Fue inaugurado por el entonces Presidente de la República, José López Portillo, en el último año de su gobierno. Pero como suele pasar en este país, el nuevo gobierno no mantuvo el mismo interés en el museo y poco a poco fueron disminuyendo las actividades hasta que finalmente fue cerrado completamente. Triste, pero típica falta de continuidad en México.
Con una selección de las tantas fotos que había tomado de los artesanos y un texto de Silvia, en 1981 publicamos el libro Artesanías de Yucatán. Siendo el primer libro sobre las artesanías de la Península de Yucatán, uno podía pensar que había un cierto interés en su publicación. Sin embrago, aun cuando lo elaboramos en el marco de un proyecto federal en colaboración con el gobierno estatal, en realidad tuvimos que ir mendigando de puerta en puerta para lograr su publicación. El que finalmente salvó el proyecto fue el incansable editor y grande en todos los sentidos, Raúl Maldonado. Durante muchos años, hasta su muerte prematura en 2005, hizo un esfuerzo titánico por mantener a flote su casa editorial. El libro, entonces, salió publicado por “Maldonado Editores”. Por haber costado tantos esfuerzos, reconocidos por los autores, la editorial se siente comprometida a seguir vendiendo el libro, a pesar de que la información ya está un poco obsoleta y a que Silvia y yo ya hemos publicado dos libros más con información actualizada sobre las artesanías en Yucatán. ¡No hay problema Raúl! Fuiste un gran amigo, con el que trabajé a gusto en varias publicaciones, sin recibir un centavo a cambio, pues, como dicen, fue un trabajo hecho por amor.
Parte de esos trabajos fueron 10 reportajes con mis fotos y texto en el suplemento dominical Punto y Seguido, editado por Raúl, para el Diario del Sureste, periódico oficial sostenido por el PRI-gobierno.