por Fátimo Canul Noh
Es común escuchar –en un bautizo, ceremonia o fiesta familiar– que los invitados empiecen a contar historias. A veces éstas no tienen relación con el evento que se lleva a cabo, aunque tienen el firme objetivo de amenizar, ponerle humor, recordar ciertos eventos y, finalmente, ayudan a socializar con los demás. Muchas de estas narraciones son las que se escuchan en los pueblos mayas de la península yucateca; y las que están en este libro transcritas, son sólo algunas de las que se cuentan (o contaban) en el pueblo maya del Centro del Mundo, U Chúumuk Lu’um, Xocén.
Si bien, es probable que dichas narraciones (y su contenido u objetivo) sean las mismas en muchas de las comunidades mayas; representadas y comunicadas en formas de creencias, costumbres, hazañas, supersticiones, indagaciones, reflexiones o cuestionamientos religiosos e, inclusive, explicaciones; pero, la diferencia entre una y otra narración, reside en cómo el narrador cuenta la historia, los recursos que usa, ya sean de tipo literario, la inclusión de ciertas interjecciones o hasta la interpretación (actuación) de los diálogos de los personajes, cambiando la voz para imitar y darle ‘más vida’ o credibilidad a lo que se transmite.
Al trabajar estos relatos, se encontraron varios de estos recursos mencionados, y que, a su vez, se han conservado con ciertas marcas (guiones, comillas o signos de admiración) tanto en la versión maya como en la versión en español, así como las palabras mayas que se usaron.
Cabe mencionar que el punto de partida fue la versión maya, siendo la base en estas narraciones; aunque, gramaticalmente, el idioma maya tiene otra estructura, se trató, en la medida de lo posible, adecuar las palabras y el orden para que la versión al español transmita lo mismo.
Es por ello que la ortografía en maya fue una cuestión que se tenía que tomar en cuenta. Las palabras fueron revisadas y adecuadas conforme a lo establecido por el alfabeto maya de 1984, por ser el más difundido y el que tiene un mayor uso en la actualidad; aunque, al no existir ciertas palabras ‘españolas’ en el idioma maya, se tomó la decisión de poner en cursivas las palabras procedentes del español en los relatos mayas, conservando su ortografía adecuada, así mismo, en los escritos en español, las palabras procedentes del maya se encuentran en estilo de fuente cursiva.
Es grato para mí haber escuchado algunos de estos relatos de voz de varios de los relatores (de la voz de mi abuelo paterno y de varios conocidos), así como también fue muy grato para mí leerlas en estas versiones. En tiempos actuales, es importante y relevante tanto escuchar estas historias oralmente (lo que es una experiencia especial, ya que son pocos a los que se les logró transmitir) como leerlas; para así mantenerlas vigentes y vivas entre las generaciones de hoy.