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Edificio exterior

La Catedral de San Idelfonso de Mérida, Yucatán, es la Catedral más antigua en el Continente Americano.

Su fachada parece una roca acantilada dando al oeste sobre la plaza principal de Mérida, con sus líneas platerescas moderadas que se extienden sobre 42 m. divididos en cinco en cinco secciones de piedras super puestas. El frente austero consiste en una puerta grande enmarcada por dos puertas menores a los dos lados, cada una a su vez flanqueada por torres macizas que sirven de marco a la fachada grande. La impresión que da la Catedral de una fortaleza impenetrable inspiró a un historiador a compararla “con una entrada a una ciudad amurallada”.

Cada una de las tres puertas exteriores, cuya ubicación corresponde a la nave principal y las dos naves laterales del interior, se distinguen por arcos redondos que sirven de apoyo a pedimentos ininterrumpidos de estilo renacentista con florones de pináculos encima de ellos. El uso de detalles arquitectónicos respectivos de estilo italiano unifica las entradas del frente de la Catedral cuyas diminutas proporciones serían de otro modo absorbidas por la gran masa de piedras de la fachada. Muros sin adornos se levantan sobre las entradas laterales y terminan en simples balaustradas.

La aparición de detalles arquitectónicas más detallados sirven para enfatizar la puerta central más grande. Pares de pilastras estriadas con base de pedestal y capiteles corintios enmarcan los nichos que contienen culturas de Sn. Pedro y Sn. Pablo a cada lado de la entrada principal.

Un arco triunfal enorme rodea la puerta principal y forma el enfoque central de la fachada, de apariencia impresionante, se levanta sobre el nivel del techo con una cresta que se extiende hasta la parte inferior de las torres. Sus dimensiones de 17 m. por 30 m. abarcan casi dos tercios de la fachada occidental

Columnas geométricas inmensas que se proyectan de la superficie sostienen un arco redondo con el espacio triangular entre los aros moldeados y que tienen encima una balaustrada sencilla que lleva florones de pináculos delgados.

Dentro del arco semicircular, diseños florales platerescos rodean un escudo elaborado con una placa inscrita con el nombre del Rey Felipe II. Originalmente la medalla heráldica contenía el águila de dos cabezas de la dinastía Habsburgo. Aquel símbolo real, por mucho tiempo asociado con el gobierno colonial, fue más tarde reemplazado por el águila y la serpiente, emblema de la República Mexicana de hoy.

Es interesante notar que el escudo lleva una inscripción con fecha de 1599. Tales inscripciones flechadas fueron raras en el México del siglo XVI

Un estudio más a fondo nos revela el uso cuidadoso de proporciones geométricas que domina el diseño. El historiador de arquitectura Roberto Mullen describe la geometría predominante en el diseño de la fachada con estas palabras:

Un cuadro (42 m. por 42 m.) se puede describir alrededor de la base de las torres. La base del escudo se encuentra en la intercesión de las diagonales. Se puede dibujar un círculo desde la base de la fachada hasta el lado interior de las torres y hacia la parte superior del arco que enmarca el escudo. Un triángulo equilátero tiene su base entre las torres y su ápice en el antepecho de la ventana del coro.

Además de la austera fachada, la cúpula de la Catedral de Mérida, la más antigua Nuevo Mundo (s. XVI), contribuye a caracterizar el perfil exterior de la misma; su parte exterior, cuya forma es visible desde cierta distancia, está formada por una bóveda trunca que descansa sobre un tambor de roble;

este diseño se repite en la linterna, por medio de cuatro ventanas coronadas por pequeños pináculos que se levantan desde una base más liviana.

 

Los campanarios

Las dos torres que enmarcan la fachada, enfatizan la impresión de la Catedral como una fortaleza, la torre septentrional fue construida entre 1597 y 1600 como parte del programa original de construcción que se llevó a cabo en la última parte del siglo XVI; la torre meridional, muy parecida a la septentrional, fue construida en 1713.

Las bases macizas de las dos torres están coronadas por un segundo y tercer piso desproporcionadamente más pequeños, cada nivel está encerrado con balaustradas que están definidas además por pináculos en las esquinas. En cada lado de la fachada el nivel superior de la torre está descentrado hacia los dos lados exteriores de la estructura. El perfil de cada torre se ve completada por una pequeña cúpula en forma de campano que tiene encima un pináculo que lleva una cruz.

Las dos torres que flanquean la Catedral de Mérida han funcionado, y aún funcionan, como campanarios. Hoy, la escalera que da acceso a la torre sur, terminada en 1713, ya no se usa, tampoco se usan las campanas que todavía se encuentran en ésta, pero hay acceso a ella desde el techo de la Catedral. Es la primera torre, la del costado norte, construida en el siglo XVI (1597)-1600), la que sostiene las campanas que se usan regularmente durante el año litúrgico.

Estas construcciones asimétricas, con sus bases alargadas y las partes superiores disminuidas, reflejan la influencia española y árabe que caracteriza al estilo morisco traído a Yucatán en el siglo XVI. Para llegar a las campanas se sube por una escalera de caracol, primero se llega a un pequeño cuarto que todavía conserva los nombre y los grafitos de algunos campaneros desde 1863; ya sobre el techo, se llega por una escalera hasta el campanario. Un búho hecho de barro y pintado, protege el espacio contra los intrusos plumados del presente. El que se esfuerzan para subir tiene una vista sobre los techos de Mérida que raras veces se logra en el plano Yucatán.

Dentro del campanario, alto y rectangular, se encuentran las campanas sostenidas en gruesas vigas de madera. Las campanas tienen un interés histórico porque llevan figuras, símbolos y nombres de los donadores. La tradición de que familias o gentes adineradas hicieran regalos de campanas y otros objetos para la Catedral, la conecta con la Europa de la Edad Media, cuando usaban esta práctica en la construcción de las primeras catedrales en Francia.

Imponentes son las dos torres que se levantan como un par de centinelas para guardar, no solamente las campanas, sino también la Catedral entera.

La torre sur y la campana del reloj

La Santa Iglesia Catedral de Mérida ha tenido cuatro relojes notables a través de los siglos.

El primero es un reloj de sol que se encuentra empotrado en el techo, sobre las bóvedas del lado sur del templo. Es primitivo, consiste en un monolito de media luna que tiene grabados números romanos. Donde da la sombra, marca la hora.

El segundo y el primer reloj público que hubo en Yucatán, según las efemérides del Dr. Jerónimo del Castillo, se colocó en la torre sur de la Catedral el 2 de enero de 1702, y años después, fue trasladado al convento grande de San Francisco de Mérida.

En 1821, al cerrarse el convento, este reloj pasó a la parroquia de Izamal. Es de carátula redonda con números arábicos, su maquinaria es primitiva, se compone de un eje hacia las agujas que se mueven con el peso de un madero que pende de una cuerda arrollada al mismo; tiene campanas. Este reloj es del siglo XVII y se dice que vino de Guatemala.

El tercer reloj de la Catedral y el segundo público que sirvió a la Mérida Colonial, estuvo en la torre sur. Hoy se conserva su carátula cuadrada con números romanos, sus agujas y una campana que parece un caldero invertido. Según Dn. Justo Sierra O’Reilly, este reloj, que se construyó en Londres en 1731, tocaba cuartos y horas, se colocó en lugar del otro maltratado por un rayo que pasó al Convento de San Francisco de Mérida. La maquinaria del reloj inglés estaba en el Museo Yucateco,  anexo a la Iglesia de San Juan de Dios, hoy Museo de la Ciudad.

El cuarto reloj de la Catedral, es el que vemos en el presbiterio. En la carátula tiene el nombre de los donantes: Gremio de los Profesores y Estudiantes, al Cristo de la Ampollas 1900. Este reloj se salvó de la destrucción de la Catedral en 1915.

Arquitectura interior

La Catedral tiene un plano rectangular con dimensiones de 66.75 m. por 31.30 m., el interior es de proporciones dobles; sus dimensiones se basan en la raíz cuadrada de dos, siendo el ancho de la nave, igual a la diagonal de las crujías cuadradas laterales.

Una cruz, dentro de un rectángulo, se forma por la disposición de ocho elementos: cuatro crujías de nave, dos brazos del crucero y dos crujías de santuario.

La nave principal y las dos naves laterales, tienen la misma altura, lo cual quiere decir que la Catedral es, por su diseño, una Iglesia de sala con naves. Hay veinte bóvedas en forma de domo de 22.27 m. de altura alrededor de un domo central que alcanza los 33.60 m. por encima del piso de mármol. El domo hemisférico descansa sobre colgantes artesonados, que dan lugar a un llamativo diseño radial de nervaduras que terminan bajo la linterna en el centro de la Catedral.

Doce columnas sencillas de dos metros de diámetro, con bases áticas y capiteles dóricos, definen las crujías de las naves laterales; desde estas bases macizas surgen bóvedas en forma de pañuelo apoyadas por nervaduras. Las formas de rejilla intercalada tienen diferentes proporciones, lo cual las hace parecer extendidas. Las naves laterales están definidas por 16 medias columnas unidas a los muros; este conjunto total de columnas es lo que da apoyo al impresionante y distintivo techo de cúpulas de la Catedral.

Puesto que a las iglesias de sala con naves les faltan ventanas grandes, la nave central está iluminada desde las ventanas grandes de las naves laterales. Como un historiador de arquitectura dijo: “La luz, es intensa y da un sentimiento de desorientación”

El presbiterio ocupa dos secciones de la parte oriental de la nave; los segmentos están elevados, uno arriba del otro, y se les accesa por medio de las escaleras. Los dos niveles están definidos por balaustradas, una de mármol y la otra de madera.

La sacristía, la sala capitular y el salón de Canónigos están ubicados detrás del presbiterio, ocupando la parte más al oriente de la Catedral. Enfrente del presbiterio se eleva un coro que ocupa la primera parte occidental de la nave central.

El coro actual, construido por el arquitecto Emilio Dondé y el ingeniero Manuel Arrigunaga entre 1903 y 1905, es el cuarto coro que se ha edificado en la Catedral, hecho de piedra labrada de Campeche, se eleva 8.25 metros por encima del piso apoyando en columnas; un juego de columnas menores con capiteles corintios, y un grupo de medias columnas con decoración similar, están colocadas contra las dos primeras columnas de la nave central y el muro interior de la fachada.

Actualmente los pisos de la Catedral son de mármol italiano de Carrara, puesto en 1892 por el Obispo Dn. Crescencio Carrillo y Ancona; originalmente fueron de madera y después de lozas.

Tres recintos auxiliares se encuentran ubicados a lo largo de la parte septentrional de la Catedral: el Bautisterio, el Sagrario Metropolitano y la Capilla del Cristo de las Ampollas. Entradas desde la nave lateral septentrional dan acceso a estas capillas (las ceremonias del bautismo ya no se llevan a cabo en el Bautisterio). El Sagrario Metropolitano y la Capilla del Cristo de las Ampollas siguen en uso constante.

El Bautisterio ocupa una pequeña capilla situada al costado norte de la Catedral, al fondo de ella se encuentra una pieza chica, que posteriormente fue aumentada y sirve de oficina, en la cual está la escalera de caracol para el coro del Sagrario Metropolitano.

El Sagrario Metropolitano, que antes fue Capilla de Santa Ana, es la Iglesia Parroquial; se extiende paralelamente a la nave lateral septentrional de la Catedral y consiste en un ábside que limita la Capilla, pequeño y sin gran importancia artística; en el otro extremo, un coro en forma de balcón. Su única nave está formada por una bóveda de cañón dividida en tres partes por arcos de medio punto y en cada una un candil; en la central hay una pequeña cúpula de “Media Naranja” con linternilla. Esta capilla fue ampliada en 1904 por el arzobispo Monseñor Dn. Martín Tritschler y Córdova, quien le agregó una pequeña pieza, al fondo del ábside, donde está el Altar Mayor.

La Capilla del Cristo de las Ampollas, dedicada a este Cristo venerado en todo Yucatán, fue agregada en 1676, y está ubicada en el rincón noreste, de forma perpendicular a la nave septentrional de la Catedral con acceso a la misma. Esta capilla, aunque más decorada que el Sagrario Metropolitano, también está descubierta por una bóveda sencilla de cañón.

Por el año 1676, siendo Obispo de Yucatán Fr. Luis de Cifuentes y Sotomayor, se empezó la construcción de la capilla hasta hoy conocida como del Cristo de las Ampollas, con fondos donados por Dn. Lucas Rodríguez de Villamil y Vargas, quien además instituyó una capellanía y una lámpara imperecedera en acción de gracias por haberse curado de una mortal enfermedad. El Obispo Dn. Juan de Escalante y Turcios de Mendoza, sucesor del señor Cifuentes, fue quien terminó la construcción.

La primitiva capilla, que era la que tenía el altar más majestuoso que había en la Catedral, fue pintada al fresco por un pintor Zapari en los años de 1840, según Dn. Justo Sierra; tanto esta capilla, como una pieza que está junto a

Ella que le sirve de sacristía, están cubiertas con bóveda de cañón; el altar que hoy existe fue construido después del saqueo de la Catedral en 1915, con seguridad, mucho más modesto que el anterior. Una reja de fierro, muy sencilla, igual a la del bautisterio del Sagrario que contiene el año 1890 de cuando fue construida cierra el arco que comunica a esta capilla con la Catedral (24).

Anexos

Hay tres anexos de interés especial ligados a la Catedral de San Idelfonso:

La Capilla del Divino Maestro, también llamada Capilla de Ánimas, fue construida por la Cofradía de Jesús Nazareno, para sus juntas y ejercicios en 1836 (25); está orientada perpendicularmente a la parte este de la Catedral y tiene una entrada que da a la calle 61, lo que hace accesible para las gentes piadosas que pasan a sus quehaceres por esta calle.

El muro exterior es de mampostería sencilla marcado con una pequeña espadaña con tres arcos, cada uno con su campaña, y remates de piedras labradas en forma de maceteros.

El Ex seminario fue fundado en 1751 como el Seminario de San Ildefonso para jóvenes estudiantes de Yucatán, Campeche, y Tabasco. Un centro comercial ocupa hoy su lugar, pero el pórtico original se conserva todavía (27), en el que imágenes de piedras labradas de la Virgen de Nuestra Señora del Rosario con el Niño y el Obispo San Idelfonso de Toledo, patronos del mismo, descansan sobre pedestales dentro de nichos a cada lado de una ventana con protectores. Pilastras sencillas coronadas con remates en forma de maceteros enmarcan las dos figuras. Arriba, un arco gótico empinado forma un pedimento interrumpido, una corona papal, labrada en alto relieve dentro del triángulo, forma un contrapunto a las imágenes talladas abajo.

Los dos cuartos que hoy ocupa el Archivo General del Arzobispado, que dan a la calle 61 y al patio interior, y la bodega de la Catedral, parecen haber sido en un tiempo la Capilla de Nuestra Madre Santísima Señora del Rosario; la descripción arquitectónica de la bodega se encuentra en el volumen I del catálogo de construcciones religiosas del Estado de Yucatán, y dice que esta bodega tiene “una serie de pilares interiores con arcos de medio punto que sirve de apoyo al techo y divide la pieza en dos tramos” muy semejantes a los pilares y arcos de la capilla del Divino Maestro (29). En la restauración efectuada en Catedral en 1987 se descubrió, en el centro del dintel de la puerta de acceso al arzobispo donde realizan el registro de bautismos y confirmaciones, esta inscripción: “Capilla de Nuestra Madre Santísima Señora del Rosario”.

Exterior

 

The Cathedral of San Ildefonso, Mérida, Yucatán is the oldest cathedral on the North American continent. The main façade of San Ildefonso is a stately cliff-like expanse facing west on Mérida´s main plaza. Its restrained Plateresque lines span 42 meters divided into five sections of layered stone. The austere front consists of an extended main entrance surrounded by smaller side portals, each flanked by massive projecting towers that function as a frame for the vast façade. Its imposing military-like appearance prompted one art historian to remark that the façade is, like an entrance to a walled city.

 

Each of the three exterior portals, whose placement corresponds to the nave and side aisles of the interior, is distinguished by round arches supporting unbroken Renaissance pediments topped by finials. The use of repetitive Italianate architectural features unifies the front entrances, whose diminutive proportions are otherwise swallowed up by the façade´s enormous stone expanse.

Unadorned walls rise high above the lateral entrances and terminate in simple balustrades.

The appearance of more elaborate architectural detail adds emphasis to the larger central doorway. Pairs of fluted pilasters with pedestal bases and Corinthian capitals frame niches containing sculpted images of Saint Peter and Saint Paul on either side of the principal entrance.

A square (42-by-42 meters) can be inscribed around the base and towers. The base of the coat of arms is at the intersection of the diagonals. A circle can be inscribed from the façade base to the inside edge of the towers and to the top of the arch framing the coat of arms. An equilateral triangle has a base between the towers and its apex at the choir window sill.

In addition to San Ildefonso´s austere, yet dramatic façade, a 16-century dome articulated the Cathedral´s exterior profile. The dome of the Cathedral of Mérida is the oldest securely dated example in the New World. The outer dome, whose form is visible only from a distance, is constructed of a truncated cupola resting on an oak drum. Ornamental buttresses rise from the drum and converge on a lantern place atop the cupola. Sixteen windows, a simple cornice and eight finials give definition to the drum. This arrangement is echoed in the lantern by the use of four windows crowned by more diminutive financials rising from a lighter cornice.

A giant triumphal arch encases the main portal and forms the focal point of the façade of San Ildefonso. Striking in appearance, it rises above the roofline with a crest extending up to the level of the lower section of the towers. Its 17-by-30-meter dimensions span nearly two-thirds of the western front. Massive geometric piers projecting from the surface support a round arch with molded spandrels topped by a simple balustrade carrying slender finials.

Within the semicircular arch, Plateresque floral designs encircle an elaborate escutcheon with a placard inscribed with the name of King Philip II. Originally, the heraldic medallion within contained the double-headed Hapsburg eagle. That royal symbol, long associated with colonial rule, was later replaced with the eagle and serpent, emblem of the Mexican Republic today. Of special note, the escutcheon contains an inscription dated 1599. Such dated inscriptions were rare in 16th-century Mexico.

A close study of the façade reveals the careful use of geometric proportions to govern its design. Architectural historian Robert Mullen describes the governing geometry of the façade design.

Campaniles

 

Twin towers flank San Ildefonso ́s façade, adding further strength to the Cathedral´s fortress-like appearance. The north tower was constructed between 1597 and 1600 as part of the original building program carried out during the last part of the 16th century. The south tower, a close counterpart to the north tower, was added in 1713.(8) The massive tower bases are crowned by disproportionately smaller second and third stories. Each tier is enclosed in balustrades that are further defined with corner finials. On either side of the façade the upper order of the tower is shifte off-center to the outer edge of the structure. Diminutive bell-shaped cupolas, each topped by a single finial bearing a cross, complete the profile of each tower.

Both campaniles still function as bell-towers. Although the stairway to the newer south tower (1713) is no longer in use, its bell is accessed through the Cathedral roof. The original 16th-century tower (1597-1600) on the north side continues to house the bells that peal regularly during the liturgical year.

These asymmetrical structures, with their elongated bases and diminishing top stories, project a Moorish character in keeping with the Spanish and Arab influences brought to Yucatán in the 16th century. The approach is by predictably steep winding stairways termed caracols, because of their snail-like character. After climbing to the first level atop the precipitous base of the north tower, the visitor arrives at a small room marked with graffiti and the names of the bell-ringers dating back to 1867. (10) Adding further interest, the protective figure of a painted clay búho, or eagle owl, stands guard against unwelcome feathered intruders from the present. From this airy vantage point the visitor can look across the balustrades and marvel at vistas stretching across the city of Mérida and beyond. Above the landing a final stretch of narrow stairs leads to the belfry on top.

Within the high open rectangles of the campanile, thick wooden rafters support the Cathedral´s principal bells. The bells are inscribed with the names of their donors, which is of special interest to historians. The tradition of families and townspeople making gifts of bells and other items to the Cathedral links San Ildefonso to Europe’s Middle ages, when this practice was used in the construction of the first cathedrals in France.

The South Tower and the Clock Bell

 

The Holy Cathedral Church of Mérida, Yucatán has had four clocks over the centuries.

The first is a sundial which is fixed to the roof, above the vaults on the south side of the church. It is rudimentary, consisting of a crescent monolith with Roman numerals engraved on it. The hour is shown by where the shadow falls.

The second clock, and the first public clock in Yucatán, according to Dr. Jerónimo del

In 1821, when this monastery was closed, the clock was taken to the parish church in Izamal. It has a round dial with Arabic numerals; its machinery is primitive, being composed of an axis through the hands which is moved by a wooden weight hanging from a rope wrapped around it; it has bells. This clock dates from the 17th century and is reportedly Guatemalan.

The third Cathedral clock, and the second public clock to serve the colonial Mérida was in the south tower. Today its square dial is preserved with its Roman numerals, its hands and a bell that resembles an upturned cauldron. According to Justo Sierra O´Reilly, this clock which was constructed in London in 1731, and which chimed on the hours and quarter hours, was installed in place of the previous clock which has been damaged by lightning and transferred to the Monastery of St. Francis in Mérida. The machinery of this English clock was in the Yucatecan Museum, annexed to the Church of John of God, and today the City Museum.

The fourth Cathedral clock is the one now seen in the Presbytery. On the dial it bears the names of its donors: the Teachers and Students Guild, to Christ of the Blisters, 1900. This clock escaped the destruction in the Cathedral in 1915.

Interior

 

San Ildefonso has a rectangular ground plan with interior dimensions measuring 66.75 by 31.3 meters. The inside of the Cathedral is of duple proportion in plan. Its dimensions are based on the square root of two, with a nave equal in with to the diagonal of the square aisle bays. A cross within a rectangle is formed by the arrangement of eight units: four nave bays, two transept arms, and two sanctuary bays.

The nave and sides aisles are of equal height, making the Cathedral an aisled hall church in design. There are twenty dome-shaped vaults 22.27 meters high encompassing a crossing dome that rises 33.60 meters above the marble floor. (14) The hemispherical dome rests on coffered pendentives that give way to a striking spoked pattern of ribs terminating under the lantern at the apex of the Cathedral.

Twelve plain columns, two meters deep with Attic bases and Doric capitals, define the nave bays. From these massive supports spring handkerchief vaults supported by intersecting ribs. The interlacing grid has shapes of differing proportions, which makes them appear distended at the spring. The side aisles are marked by sixteen half-columns attached to the lateral

walls of the Cathedral. This matrix of columns supports San Ildefonso´s distinctive canopy of cupolas.

Since hall churches lack clearstory windows, the name is lit from windows in the dome´s supporting drum, and from the large windows of the aisles. Observed one architectural historian, The light is intense and fosters a sense of disorientation.

The presbytery, or chancel, occupies two sections at the eastern end of the nave. The segments are elevated, one above the other, and approached by stairs. The two levels are set off by balustrades, one of marble and the other of wood.

The Sacristy, Chapter House (Sala Capitular), and the Canon´s Room (Salón del Canónigo) are located behind the presbytery, filling the easternmost part of the Cathedral. Opposite the presbytery, an upper choir of carved stone occupies the first section of the western end of the nave.

The present choir, built by architect Emilio Dondé and engineer Manuel Arrigunaga between 1903 and 1905, is the fourth choir constructed in the Cathedral. The choir loft, fashioned from dressed stone brought from Campeche, rests 8.25 meters above the Cathedral floor on column supports. A set of smaller columns with Corinthian capitals and a group of decoratively similar attached half-columns are placed against the first two columns of the nave and the inside wall of the façade.

The present floors of the Cathedral are of Italian Carrara marble, laid in 1892 under Bishop Crescencio Carrillo y Ancona. The original floors were wood and later tiled.

Three auxiliary enclosures are located along the north side of the Cathedral: the Baptistry (Bautisterio), the Metropolitan Sacristy (Sagrario Metropolitano), and the Chapel of Christ of the Blisters (Capilla del Cristo de las Ampollas). Entrances from the north side aisle provide access to the chapels. Baptisms are no longer conducted in the Baptistry, but the Metropolitan Sacristy and the Chapel of Christ of the Blisters are still in use.

The Baptistry occupies a small chapel situated on the north side of the Cathedral. A small area at the far end was later augmented and now serves as an office, from which there are winding stairs to the choir of the Metropolitan Sacristy.

The Metropolitan Sacristy, which runs parallel to the nave and side aisles, is defined by an apse at one end and a balcony choir at the other. It is constructed with barrel vaulting divided in three sections by arches. A small ¨half orange¨ (media naranja) cupola and lantern crown the central space overhead. (22)

The Chapel of Christ of the Blisters, which is dedicated to the image of Christ venerated throughout Yucatán, is located in the Cathedral´s northeast corner, running perpendicular to the nave. This chapel, while more ornate than the Metropolitan Sacristy, is also covered with barrel vaulting.

In 1676, the incumbent Bishop of Yucatán, Fray Luis de Cifuentes y Sotomayor, began construction of the Chapel of Christ of the Blisters with funds donated by Don Lucas Rodríguez de Villamil yt Vargas, who also established an oratory and a perpetual flame in thanks for having been cured of a deadly illness. Bishop Juan de Escalante y Turios de Mendoza, successor to Bishop Cifuentes, completed the construction.

The chapel originally held the Cathedral´s most majestic altar, which according to Justo Sierra O´Reilly, was painted with frescoes by the artist Zapari in 1840. Part of the chapel joins to the sacristy; both of which are covered with barrel vaulting. The altar that exists today, constructed after the sack of the Cathedral in 1915, is much more modest than that of 1840. An iron gate from 1890 closes the arch that connects the Chapel of Christ of the Blisters with the Cathedral.

 

Annexes

There are three annexes attached to the Cathedral of San Ildefonso: the Chapel of the Divine Master, the former Seminary, and the Archives of the Archbishopric.

 

The Chapel of the Divine Teacher (Capilla del Divino Maestro) also known as the Chapel of the Spirit (Capilla de Animas), was constructed in 1836 by the Brotherhood of Jesus of Nazareth as a place for meetings and activities. (25) Located perpendicularly to the eastern part of the Cathedral, this chapel has a door facing Mérida´s 61st Street, making it accessible to those wishing to stop and pray on their way to and from work.

The exterior wall is of simple scored masonry with a small bell gable of three arches, each one with its own bell and bell gable surrounded by floral stone carvings.

The former Seminary (Ex Seminario) was founded in 1751 as the Seminary of San Ildefonso for young students from the Yucatán, Campeche, and Tabasco. (26) Today