La Huasteca Potosina es una región en donde predomina la agricultura. Las industrias existentes en 1975 se cuentan en dos manos. Consiste en una fabrica de leche en polvo, una fabrica de cemento, un ingenio, una fabrica de fibracel, dos empacadoras de carne y por último, en Ebano, todavía hay un poco de extracción de petróleo. Todo esto está concentrado en la parte norte; en la parte sur no existe ninguna industria o proceso de transformación de los productos.
Lo característico de la economía de la Huasteca es que los productos, ya sea ganado, azúcar y piloncillo, naranjas, mandarinas, aguacates o café, no son procesados en la región. Son llevados y explotados en los grandes centros de consumo o industria del país. Es la estructura que se encuentra en muchos países subdesarrollados del tercer mundo. Además, en la Huasteca no se producen suficientes alimentos básicos como el maíz y el frijol, las verduras y la leche. Se tienen que «importar».
Una de las características dominantes de la economía de la Huasteca, es que la producción se realiza casi sin el empleo de maquinaria. Tractores, fertilizantes, pesticidas, semillas mejoradas o métodos científicos y modernos de la producción, son ausentes o muy escasos.
La fuerza humana, en su forma más simple, todavía es la fuerza más importante para levantar las cosechas. Tampoco hay mucha especialización o división del trabajo. Los campesinos saben y tienen que hacer y producir un poco de todo.
En una región agraria como la Huasteca, la división del trabajo es muy tradicional. Las mujeres se quedan en las casas, y los hombres trabajan, y «son responsables para que haya dinero en la casa», como muchos dicen. Pero en realidad los hombres no podrían realizar su trabajo sin el gran trabajo que realizan las mujeres en las casas para cuidar niños, hacer comida y lavar las ropas de los hombres. En realidad, es un trabajo que realizan las mujeres ‘gratis’, no contabilizado, sin recibir ningún sueldo, y a veces ni siquiera reciben las gracias.
En la Huasteca Potosina, igual que en el resto del país, los recursos y les medios de producción, está muy desigualmente distribuidos. Poca gente tiene mucho, y la mayoría tiene poco o nada.
En la Huasteca el medio de producción es la tierra. ¿Cómo está distribuida? 44 % de la tierra pertenece al sector ejidal y el 66 % al sector de la pequeña propiedad, según la estadística de 1970. En el sector ejidal el 43 % está bajo cultivo, y en el sector de la pequeña propiedad solamente el 29 %.
En este sector tenemos en 1970 480,611 ha. 2,594 ha. está distribuidas en 1370 parcelas de menos de 5 ha. En promedio, la finca en la pequeña propiedad, tiene 166 ha. Pero con «cifras de promedio» hay que tener cuidado. Analizando la estadística podemos ver una concentración de tierra en muy pocas manos. El 48% de la tierra son haciendas de más de 500 has., que pertenecen a solamente el 2 % de los «pequeños propietarios». Sabemos que hay varios hacendados que efectivamente tienen más de 10,000 ha. Al otro extremo tenemos las parcelas de entre 0-25 ha. Constituyen el 3.7 % del área, pero representan el 56 % de los pequeños propietarios.
Tamaño de las Parcelas de la Pequeña Propiedad
0-25 ha 25-100 ha 100-500 ha 500 ha y más
Parcelas 56% 20% 16% 2%
Area 3.7% 13% 34% 48%
En el sector ejidal hay 375,534 ha. distribuidas entre 343 ejidos y comunidades de «bienes «comunales». Según la estadística hay 15,350 personas con derechos ejidales, lo que da a cada ejidatario una parcela de 24 ha. ¡Eso suena bien! Pero la realidad es otra. Los 15,350 son personas que originalmente, entre hace 10-40 años, recibieron una parcela. Estas personas ya son abuelos, bisabuelos o muertos y sus hijos, nietos y bisnietos han repartido las parcelas, por falta de otras fuentes de trabajo. Ese proceso ha llevado a que las parcelas ejidales en realidad no tienen más que entre 1/2 y 2 ha. de extensión. En la parte norte de la zona, es posible que sean más grandes, pero en el sur, donde está concentrada la población indígena, muchos ni siquiera tienen 1/2 ha para sostenerse.