La casa, el hogar, tradicional de los yucatecos tiene su origen en la casa maya prehispánica. Es elíptica, hecha con materiales biológicas del monte, y datan hasta tiempos ancestrales. Con la conquista los españoles construyeron casas a su modo, rectangulares y de cal y piedra. Con los años fue el modelo de seguir, también en las comunidades indígenas.
Las casas tradicionales, tanto de los mayas como de los españoles, son hechas por los propios dueños – quizás con la ayuda de un albañil. Son ejemplos de la arquitectura vernácula en donde se usa materiales locales y estilos regionales – en este caso, yucatecos. Es arquitectura sin la interferencia de un arquitecto.
Todavía se encuentra y se construye casas vernáculas en Yucatán – ¡pero están en peligro y proceso de extinción! Desplazadas por las casas con planes de ingenieros y arquitectos particulares o proyectos de una y otra dependencia gubernamental.
Con el libro que estas hojeando trato de dar constancia y retrato de los hogares tradicionales de los yucatecos que todavía podemos observar en el campo, la costa y en los pueblos yucatecos.
La mayoría de los imágenes fueron sacados en 2008-2009.
Christian Rasmussen
2015 – 2023
En las construcciones arqueológicas de Labna y Uxmal se puede observar en los muros modelos de las casas mayas, que se puede observar en los pueblos.
01 Labna 02b.tif
La construcción de casas constituye, junto con actividades como el tejido de cestos, la alfarería, la preparación de comida y la elaboración de prendas de vestir, una de las más antiguas artesanías mayas. La edificación de las viviendas en las sociedades tradicionales ha estado a cargo de los varones de las familias, y el conocimiento de técnicas y materiales de construcción no proviene de un grupo de profesionales como está ocurriendo ahora.
En Yucatán, la morada tradicional de los mayas ha sido la casa de planta elíptica, hecha básicamente de materiales naturales de la región: palma de huano, zacate, tierra, madera, piedra y bejuco. Elaborada artesanalmente por sus propios dueños, todavía tiene presencia en el paisaje rural.
Con la llegada de los españoles se introdujeron nuevos patrones en la construcción de edificios domésticos y religiosos. Las casas, hechas de mampostería, tenían forma rectangular y techos casi planos, aunque no completamente, a fin de permitir la recolección de agua de lluvia. Este estilo fue copiado poco a poco por la población maya.
Las residencias españolas estaban adaptadas al clima caliente de la región; sin embargo, la casa tradicional maya de bajareque y techo de palma se ha conservado por siglos porque es relativamente fácil de construir, está adaptada al calor de la región y es resistente a los huracanes que de vez en cuando azotan la península.
En los últimos treinta y cuarenta años, los pueblos y ciudades han vivido la migración de campesinos mayas en busca de mejores oportunidades, lo cual ha llevado a nuevos tipos de moradores. Una parte de los migrantes urbanos ha construido sus propias casas según sus posibilidades económicas. Los pobres las hicieron de la forma más simple, de paredes de cartón corrugado o de bloques de cemento prefabricados y techos de lámina de cartón o galvanizada. Muchas casas de «interés social» son obra de constructores particulares, mayormente con apoyo financiero del gobierno. Se caracterizan por ser cada vez más pequeñas, hasta el punto de que los yucatecos se quejan de que con mucha dificultad pueden extender sus tradicionales hamacas en el cuarto.
La típica casa maya tiene muchas variantes, como veremos. La casa de la portada que tiene muros de piedra revocada, con techos de huano, es de Tabí. La casa de doña Germina tiene cimiento de piedra, paredes de bajareque y techo de huano.
En los muros de las construcciones arqueológicas de Labná y Uxmal se pueden observar modelos de las casas mayas aún existentes en los pueblos.
Labna 02b.tif
Doña Germina Noh Pech enfrente de su casa
en el pueblo de Xocén.
Xocén, mayo de 2017
170503 Xocen casa Germina.jpg
La casa ‘típica’ maya sale en muchas variantes, como veremos. Esta casa de un muro de piedra revocada, con techo de huano es del pueblo de Tabi, marzo 2008.
02 080322 Tabi 03.JPG
Casa tradicional elíptica, con porche, para pasar las vacaciones, levantada en estilo maya, pero con bloques de cemento y techo de huano asegurado con malla a fin de resistir los vientos de los nortes o huracanes.
Chichxulub. Noviembre de 2007
Casa Costa 054.JPG
En varios cementerios yucatecos, incluyendo los de Mérida, los familiares sepultan los restos de sus fallecidos en mausoleos de forma de casa maya, similar a aquella en la cual vivían. En el cementerio de Hoctún vi en noviembre 2023 un mausoleo parecido.
Hoctún.
Noviembre de 2008.
Casa maya con techo de huano, modernizada con ventanas.
Ticul, marzo de 2008
En los últimos 30 o 40 años las ciudades, sobre todo Mérida, han crecido en buena
parte debido a la llegada de gente del medio rural que emigra en busca de
trabajo. Como hongos han crecido los fraccionamientos con casas de interés social de Infonavit o programas gubernamentales. Las casas son chicas, pero ¡la casa es mi casa!
Diciembre de 2008
El arqueólogo norteamericano Robert Wauchope, quien estudió las viviendas mayas en la década de 1930, concluyó que hay dos tipos de casas tradicionales yucatecas: las rectangulares y las ovaladas. Las primeras eran más comunes al sur de la península de Yucatán, mientras que al norte el número de casas ovaladas aumentaba, predominando sobre las rectangulares. Wauchope creía que las construcciones ovaladas son las originales y que las rectangulares fueron introducidas por grupos indígenas que inmigraron como conquistadores o colonizadores.
En las fachadas de las zonas arqueológicas de Uxmal y Labná se ven modelos de la casa maya típica con techo inclinado de huano, pero es imposible determinar si son ovaladas o rectangulares. Los conquistadores españoles en Yucatán realizaron en 1577 las primeras descripciones etnográficas, geográficas y económicas acerca de las tierras conquistadas. En la Relación de Sotuta y Tibolón tenemos la primera descripción de las casas de los mayas:
«Comúnmente hacen sus casas los naturales de madera, poniendo unos horcones gruesos enhiestos hincados en tierra, y encima arman la casa del ancho y largo que ha de ser, a manera de casa de teja, y la cubren con guano, que son unas hojas de palma, y la cercan con varas y embarran con barro por de fuera, y para esto tienen mucho aderezo en el campo, y las hacen muy fácilmente porque se ayudan los unos a los otros a hacerlas; y en otras las cubren de paja y duran cinco y seis años sin renovarlas, y aunque pudieran hacerlas de cal y canto, dicen no son buenas por hacer tanto calor como hace desde el mes de marzo hasta todo septiembre, que entonces hace el tiempo más templado, y aunque los antiguos hacían sus casas de piedra y en algunas partes muy suntuosas.»
«Y son los indios amigos [de hacer sus casas] por la mayor parte en alto, como parece en los edificios antiguos y en algunas casas que hacen el día de hoy. Y las casas miran hacia el nacimiento del Sol y del norte y mediodía, y pocas veces o ninguna hacia el poniente, y si algunos edificios había que miraban al poniente, eran templos de ídolos u oratorios.»
Interesante observación es que las casas solamente tenían una entrada, a diferencia de hoy en que hay dos puertas opuestas de entrada y salida. Poco a poco, en los pueblos mayas conquistados se empezaron a construir casas de piedra, rectangulares y de techo plano, al estilo español. Cuando llegué al pueblo maya de Xocén, cerca de Valladolid, en 1979, pude observar cuatro o cinco casas de mampostería, entre las más de cien hechas de bajareque y techos de huano.
Uno de los primeros españoles establecidos en Yucatán, el encomendero de Titzal y Tixtual, acompaña su informe con un dibujo de una casa de los indígenas mayas.
En un mural del Templo de los Guerreros de Chichén Itzá tenemos una muestra de las casas en la costa en el tiempo prehispánico. No se aprecia si la forma es ovalada o rectangular, pero se ve que las casas tienen techo de huano y paredes aparentemente de adobe pintadas de blanco como en los tiempos actuales. Reproducción hecha a color por Ann Axtell Morris en: Morris, Earl H. The Temple of the Warriors 1931:188
Casa rectangular, de mampostería y techo casi plano de cal sobre una base de vigas de madera. Los mayas empezaron poco a poco a copiar el estilo de construcción de los conquistadores españoles.
Xocén, Valladolid, 1992.
La casa maya tradicional consta de un solo cuarto, sin ventanas, con dos puertas enfrentadas y techo inclinado de huano o zacate, sostenido por cuatro postes de madera. La forma de la casa tradicional es elíptica, y las paredes pueden ser de madera o de piedra. En la parte trasera de la casa se acostumbra construir un corredor techado que sirve como cocina, o bien, se hace una construcción más pequeña que cumple esa función.
Lo más común es que las paredes de las casas tradicionales estén hechas de diferentes combinaciones de madera. No obstante, en la zona costera hay un gran número con muros de piedra. En la ex zona henequenera, donde por varias generaciones se ha cultivado el henequén a costa de la vegetación natural, por lo cual escasea el material vegetal, también puede verse un gran número de viviendas hechas de piedra.
Para hacer una casa, lo primero que hace el campesino maya es seleccionar el sitio donde se va a construir. Es muy importante que el lugar no se encharque en época de lluvias. Después, se recolectan en el monte los materiales que se requieren, entre ellos los troncos de diferentes grosores.
Cuando ya se tiene todo el material, se excava un hoyo de unos 20 centímetros en el suelo para empotrar los horcones, que son las vigas que sostienen el fundamento principal. Hoy en día, en algunos casos, se empotran los horcones en una mezcla de cemento y polvo de piedra para dar más firmeza y estabilidad a la casa. Los cuatro horcones tienen que ser de madera dura, como el ja’abin (Piscidia piscipula (L.) Sarg.) o el chakté (Caesalpinia violacea (Miller) Standley), que aguantan empotrados en la tierra por mucho tiempo. Las vigas y dinteles también deberán ser de maderas duras, pero como cada vez es más difícil encontrarlas, la gente se ve en la necesidad de usar otras menos resistentes al embate de bichos y humedad.
Después de fijar los horcones, se amarra el resto de la construcción para poder levantar el techo. Si el techo es de huano, se colocan hojas de huano, como caballete, para que no entre el agua, fijados con un palo horizontal. Esta labor, que le da forma al acabado, se ejecuta al menos entre dos personas: una sentada arriba y la otra debajo del techo. Si el techo se va a hacer de zacate, se junta en montones y cada montón se va amarrando a las vigas horizontales. Una vez terminado el techo, se coloca una fila de piedras en el contorno de la casa para que sirvan de cimiento a las paredes.
Antes no se encontraba ni un clavo en las construcciones tradicionales. Todo se amarraba con diferentes bejucos. Pero hoy, por la escasez de éstos debido a la creciente disminución de selva alta en la que crecen y el fácil acceso a otros materiales, están siendo sustituidos paulatinamente por clavos y alambres.
Como la casa maya tradicional solamente tiene un cuarto, en caso de que se necesite más espacio, se construye otra casa pegada a la primera. Por lo general, se usa esta sección, denominada “corredor”, para preparar los alimentos. Se cocina con leña y las ollas descansan sobre tres piedras que forman el fogón o kobén. El piso de la casa que sirve para cocina generalmente es de tierra apisonada. En el segundo período de gobierno de Víctor Cervera Pacheco (1995–2001) se implementó un programa para que los pisos de las casas fueran de cemento, por considerar que el piso de tierra es antihigiénico (e incluso el nombre del gobernador se imprimía en los pisos para que los beneficiados votaran por los candidatos del benefactor). Donde el piso de la cocina es de cemento, se dificulta la preparación de alimentos con leña.
En la casa tradicional, las personas se bañan todas las tardes en un rincón de la casa, donde se hace un pequeño piso de cemento o de grava que permite el drenaje del agua. Es costumbre que la gente se bañe sentada en un banquillo, echándose agua de un cubo con la ayuda de una jícara. Para tener privacidad, se hace una especie de pared de huano, tela o cartón.
El excusado, como cuarto, no existe. Las necesidades fisiológicas se realizan al fondo del patio, donde, para dar cierta privacidad, se construye una barda de piedra o madera en forma cuadrada o redonda. Con el aumento de familias y casas en los solares y por razones higiénicas, ya no es una buena solución. Por lo tanto, con apoyos oficiales o sin ellos, se han construido excusados y excavado fosas sépticas en lo que queda de los solares.
La casa ‘típica’ maya que se ve en los
pueblos yucatecos, se presenta en
diferentes variaciones. Aquí, la casa tiene piso de cemento, ‘donado’ por un gobernador que selló su escudo en el cemento, para que no lo olviden el día de las votaciones. El techo de huano, en diferentes estados de deterioro, pero fácil para componer. El caballete es de hojas de huano, detenido por una barra.
Xocen, febrero de 2012.
En un rincón, al fondo del solar, está el excusado, atrás de una barda ‘de entrada’ para
guardar la privacidad.
Xocén, febrero de 2012.
Casa con paredes de palos colocados verticalmente sobre tierra y piedras y techo de
huano. En esta casa de Xocén se prepara la comida en la parte derecha de la casa donde también hay un rinconcito para el aseo personal.
Xocén, 2000.
Casa con paredes de palos colocados verticalmente sobre tierra y piedras y techo de
huano. En la entrada de la casa bien centrada se utilizaron rocas y se agregó un poco de sascab como piso.
Xocén, 2015
Casa en parcela fuera del pueblo, con paredes de bajareque colocadas verticalmente.
Al parecer las paredes fueron cubiertas con adobe y elementos vegetales. Pero hoy
no puedo decir con certeza si la tierra o lodo se cayó o si las paredes solamente se
recubrieron de una capa de elementos vegetales.
Tinum, diciembre de 2008
Casa de bajareque vertical y
techo de huano.
Dzonot Carretero, diciembre de
2008.
Casa de forma larga y elíptica, con cimientos de mampostería y paredes de tablas de madera.
Dzonot Carretero, diciembre de
2008
Dos casas hechas con tablas de madera. Al usar tablas es difícil lograr una forma
elíptica perfecta, ¡pero hay que intentarlo! La casa de atrás se usa para cocina, pero si la familia es grande se pueden colgar ahí hamacas para dormir.
Dzonot Carretero, diciembre de
2008
La casa maya del yerbatero y guía espiritual, con muros de mampostería revocados y pintados.
Maní, febrero de 2012
El artista y tallador Alfredo Chimal hizo su propia casa rectangular.
Chemax, septiembre de 2008
Las casas de estilo maya tradicional han sido poco a poco desplazadas, por construcciones de cuatro esquinas con bloques y bovedillas de cemento. Por los daños que causaron los huracanes Gilberto (1988), Isidoro (2002) y Wilma (2005), se implementaron programas federales para la construcción de casas seguras, sobre todo en la parte norte del estado de Yucatán. Sin embargo, hay que remarcar que las casas tradicionales de bajareque y huano son más resistentes a los huracanes, porque los vientazos pasan sin mayor resistencia por las paredes semiabiertas de las casas. Los daños ocurren cuando los vientos enfrentan resistencia ante los muros y techos de lámina.
Colonia Yucatán, Tizimín, marzo de 2008
La construcción básica de las casas mayas y coloniales de mampostería se ve claramente en las miles de albarradas que rodean las fincas en el campo. Se sostienen a base de grandes piedras con los huecos rellenados con piedras chicas. Las casas tienen un acabado de adobe.
Tizimín, diciembre de 2008
Casa con muros de piedras y techo de huano.
Tetiz, 2010.
Casa de mampostería y frente revocado, con dos ventanas.
Chicxulub, 2008.
Casa construida sobre un “cerrito”, con terraza, porche para el coche y detrás un tinglado para la cocina.
Tinum, diciembre de 2008.
En una nueva calle de un fraccionamiento en la Colonia Yucatán, con familias que se mudaron de los ranchos, para estar más cerca de “todo”: escuela, tienda, transporte. La familia hizo su casa ovalada con tablas de madera y con el apoyo de un programa federal consiguió un baño, a la derecha, y un cuarto de bloques de cemento, a la izquierda.
Colonia Yucatán, Tizimín, marzo de 2008.
Renovación de techo de huano.
Tetiz, 2003.
La solución más económica para salvar el viejo techo de huano fue cubrirlo con láminas de cartón.
Xoccel, 2009.
Techo de huano, visto desde el interior.
2008.
Wauchope, Robert. 1938 Modern Maya Houses: a Study of their Archeological Significance.
Washington, Carnegie Institution of Washington.
Wauchope, Robert. 1938 Modern Maya Houses: a Study of their Archeological Significance.
Washington, Carnegie Institution of Washington.
Wauchope, Robert. 1938 Modern Maya Houses: a Study of their Archeological Significance. Washington, Carnegie Institution of
Washington.
Wauchope, Robert. 1938 Modern Maya Houses:
a Study of their Archeological Significance.
Washington, Carnegie Institution of Washington.
Wauchope, Robert. 1938 Modern Maya Houses:
a Study of their Archeological Significance.
Washington, Carnegie Institution of Washington.
Hasta el momento en que se construyó la carretera hacia el pueblo de Xocén casi todas las casas eran de técnica y materiales tradicionales, construidas por los propios dueños. Todas las fotos son de 1989. Poco a poco este patrón ha cambiado. Casa hecha de bejucos tejidos horizontalmente.
Xocén, 1989
Las casas tradicionales mayas son de un solo cuarto. Si se requiere de más espacio se construye otra casa. Frecuentemente se construye una casa para cocinar. A la derecha hay una separación para bañarse. La ropa se lava en la batea, ya no de madera, sino de cemento. Como todavía no había agua entubada, las mujeres recogían el agua en los pozos del pueblo y lo guardaban en el recipiente de cal situado en medio del pasillo.
Xocén, 1989
Interior de una casa en donde preparan la comida sobre fuego en el fogón de tres piedras en una parte de la casa. El piso es en parte roca natural y en parte tierra.
Xocén,1989
Cocina tradicional. La casa ya cuenta con luz eléctrica y se observa un radio con sus bocinas. Como todavía no cuenta con
refrigerador, la comida está colgada bajo el techo.
Xocén, 1989.
Después de terminar sus tareas domésticas, las mujeres se sientan en la casa que sirve tanto para cocinar como para dormir y bordar a mano. Aún no se había extendido el uso de las máquinas de costura de pedal para bordar.
Xocén, 1989.
La parte de la cocina en casa, con paredes de bajareque verticales, sin revoque.
Xocén, 1989.
Interior de casa hecha con bloques de cemento prefabricados. Techo de bovedillas de cemento con las vigas visibles. Las hamacas ya están colgadas en los ganchos llamados eses colocados en la pared.
Xocén, 1989.
Bajo un techo de huano las mujeres lavan la ropa, algo de nunca acabar.
Xocén, 1989.
Para guardar y conservar segura la cosecha de maíz los campesinos tienen en la milpa un troje o, para mayor seguridad, la guardan en su casa.
Xocén, 1989.
Casa que sirve durante el día como sala y en la noche como dormitorio para toda la familia. Solamente tienen que bajar las hamacas, colgadas sobre las vigas. La casa cuenta con luz y una de las recién introducidas máquinas de coser con pedal para bordar.
Xocén, 1989.
Construcción en un solar para guardar la cosecha de maíz y otros productos de la milpa.
Xocén, 1989.
Muchos campesinos milperos tenían sus sembrados lejos de su casa y, por lo tanto, construían una casita sencilla en medio de su milpa para dormir y guardar temporalmente sus cosechas.
Emiliano Zapata, Tizimín, febrero
de 2009.
Para no tener que ir y regresar caminando de su milpa, el milpero Sixto Canul construyó una bodega para su cosecha, lo suficientemente grande para colgar su hamaca.
Xocén, agosto de 1989.
Amplio patio con construcciones para encerrar las gallinas y pavos en las noches o durante las fiestas.
Xocén, 1989.
En tiempos prehispánicos mucha gente vivía en la costa, pero con la Conquista, los ataques de los piratas y las enfermedades traídas por los europeos se borraron los asentamientos y tradiciones mayas. Las casas de la costa que construyeron posteriormente los pescadores, recolectores de sal y cargadores de los barcos -sean o no descendientes de mayas- desde Celestún hasta El Cuyo son diferentes de las del interior de Yucatán, pues generalmente son rectangulares con uno o dos cuartos hechos con tablas de madera y techos de huano, zacate o -más recientemente- de cartón. Sin embargo, todavía se encuentran algunas casas de planta ovalada, como en Santa Clara o San Crisanto.
Casa tradicional con paredes de tablas de madera y techo de huano.
Progreso, 2009.
En tiempos prehispánicos mucha gente vivía en la costa, pero con la Conquista, los ataques de los piratas y las enfermedades traídas por los europeos se borraron los asentamientos y tradiciones mayas. Las casas de la costa que construyeron posteriormente los pescadores, recolectores de sal y cargadores de los barcos -sean o no descendientes de mayas- desde Celestún hasta El Cuyo son diferentes de las del interior de Yucatán, pues generalmente son rectangulares con uno o dos cuartos hechos con tablas de madera y techos de huano, zacate o -más recientemente- de cartón. Sin embargo, todavía se encuentran algunas casas de planta ovalada, como en Santa Clara o San Crisanto. La calle de entrada al puerto de San Felipe, con casas rectangulares, paredes de tablas de madera y techos de láminas de asbesto o cartón.
San Felipe, 2008.
En pueblos de la costa las casas tenían techos con tejas de Marsella, Francia, las cuales
servían de lastre en los barcos que venían a recoger las pacas de henequén (sisal) para las máquinas cosechadoras de Europa. Muchas de estas tejas existen todavía, pero ya en casas de gente rica de Mérida.
Progreso, 2005.
Casa rectangular construida con tablas de madera.
San Felipe, 2008.
Casa de madera con techo de lámina de asbesto.
San Felipe, 2008
Las casas tradicionales de madera y de un piso ceden a las de bloques de cemento, como esta de dos pisos.
Calle de San Felipe, 2008
Casa rectangular construida con palos sobre el nivel del agua en la ciénaga, como un palafito.
Río Lagartos, 2008
Casa de madera con revoque para imitar las rocas y con una muy bien lograda delineación de cada “piedra”.
Río Lagartos, 2008
Una de las múltiples casas similares para los trabajadores de la fábrica de sal.
Las Coloradas, 2008
Casa con los recortes exteriores de los troncos de madera. Colonia de Moctezuma. Aún en
2023 la he visto y es una de las últimas de su estilo.
Camino de Colonia Yucatán a El Cuyo, 2008
Casa con los recortes exteriores de los troncos de madera.
Colonia de Moctezuma, en el
camino de Colonia Yucatán a El Cuyo. 2008
Casa de trabajador de la fábrica Maderas de Yucatán hecha de los recortes exteriores de los troncos que se enviaban al exterior vía el puerto de El Cuyo.
Colonia Yucatán, 2008.
En el pueblo de Colonia Yucatán, al oriente de Tizimín y al sur de El Cuyo, existió por muchos años un aserradero que aprovechaba la
abundante madera de la región. Las cortezas de los troncos que no servían para hacer tablas fueron usadas para hacer las paredes exteriores de muchas casas en Colonia Yucatán y pueblos circunvecinos. Todavía se conservan algunas construcciones típicas de este pueblo aserradero, al estilo holandés, con las casas unidas con el frontispicio hacia la calle. En esta zona las casas suelen estar pintadas con colores muy alegres y fuertes. En su mayoría tienen un solo cuarto, techo de dos aguas y una cocina agregada a la parte de atrás con el techo menos inclinado y hecho de láminas de asbesto o cartón.
Calle principal.
Colonia Yucatán, 2008
Casa del Pueblo de Colonia Yucatán. Parece multiusos, tanto para el partido político PRI como para la Secretaría de Educación Pública del gobierno federal.
Colonia Yucatán, 2008
Casa del gerente de la fábrica
Maderas de Yucatán.
Colonia Yucatán, 2008
A raíz del creciente turismo atraído por la zona arqueológica de Chichen Itzá se han abierto muchos restaurantes y centros para servir al turista. ¿Centro cultural, restaurante para los turistas o sala de fiestas para la gente del pueblo? Majestuoso, pero parece que nunca funcionó.
Kaua, marzo de 2008
Puesto de venta de comida en el pequeño pueblo de Emiliano Zapata, entre Colonia Yucatán y Tizimín.
Emiliano Zapata, febrero de 2009
Restaurante o puesto de refresco.
Kaua, abril de 2009
Restaurante con fachada decorada con temas mayas prehispánicos para llamar la atención del turista.
Kaua, abril de 2009
El chef esperando a los comensales.
Colonia Yucatán, agosto de 2011
“Sala de espera” del autobús.
Xcalacoop, diciembre de 2013
Nueva “sala de espera”.
Xcalakoop, enero de 2015
Parada de taxis.
Kaua, 2008
Los frailes franciscanos, quienes durante los primeros siglos después de la Conquista visitaron los nuevos centros religiosos erigidos por los indígenas bajo su mando, se maravillaron de los grandes techos de huano llamados “ramadas”, que fueron construidos como naves enfrente de las primeras sencillas iglesias, mejor conocidas como “capillas abiertas”. Cabían cientos de personas bajo esos techos, protegidas contra el sol y la lluvia. Todas las construcciones eran amarradas con sogas de henequén o bejuco.
En pueblos muy retirados o pobres, todavía pueden verse los amplios techos de palma que dan sombra a una pequeña iglesia, y que proporcionan una idea de las ramadas de las antiguas capillas abiertas.
Construcciones parecidas con techos enormes de huano, conocidas como “palapas”, se empiezan a hacer de nuevo en los hoteles y restaurantes en la zona turística del Caribe, o en los restaurantes y bares locales.
En cada pueblo, algunas familias tienen en su solar una pequeña capilla para venerar a un santo o a la Virgen.
Habitualmente son como las casas tradicionales, ovaladas con paredes de palos o bajareque y techo de palma o pasto, aunque tienen la entrada en un extremo de la construcción, frente al altar con la imagen.
Las iglesias tradicionales en Yucatán fueron construidas bajo la dirección de los frailes o sacerdotes católicos que siguieron el estilo español de la época. Este estilo fue reproducido por los mayas en las construcciones de sus propias iglesias o capillas, como en el oriente de la Península después de la Guerra de Castas en el siglo antepasado. La iglesia de los ’indios rebeldes’ en Chan Santa Cruz -hoy Felipe Carillo Puerto, Quintana Roo- fue construida como cualquier iglesia colonial yucateca.
Parecido es el caso de la pequeña capilla U Chuumuk Lu’um -el Centro del Mundo- en Xocén cerca de Valladolid. En 1995 la sencilla capilla fue reemplazada por una construcción mucho más grande con un estilo “neomaya”.
El hacendado ‘de plano’ sincronizó la religión maya con la católica, poniendo las estelas mayas como guardias a la santa virgen de la capilla.
Paraíso, Maxcanú, febrero de 2004
La capilla abierta del convento de Maní da una idea del gran tamaño que podía haber tenido la ramada en tiempos del infame auto de fe en 1562.
Maní, 2010
La capilla U Chuumuk Lu’um -el Centro del Mundo- con la llegada de un grupo de concheros de la Ciudad de México en mayo de 1999. Y siguen llegando en 2024.
Xocén, mayo de 1999
Sencilla capilla para la Santa Cruz en una carretera cerca de Espita.
Espita, 2008.
Capilla.
Homún, diciembre de 2008.
Carretera cerca de Temax, 2008.
Templo evangélico Sinaí.
Petectunich, cerca de Mérida,
2008.
Capilla para la Virgen de Guadalupe, en un camino en Dzitas.
Dzitas, diciembre de 2011.
Entre las paredes nunca terminadas de hacer o ya destruidas, la gente de Xocén ha levantado su iglesia. Aquí están celebrando la ceremonia para la Santa Cruz con la danza del cochino.
Xocén, 1989.
Capilla para la Virgen de Guadalupe.
Xcalakoop, enero de 2015.
En Yucatán, no solamente se construyen casas para los vivos sino también para los muertos; son los mausoleos donde se guardan los huesos de los difuntos.
Debido al suelo pedregoso del estado, no hay muchos lugares con suficiente tierra y profundidad para enterrar a los muertos. El espacio reducido de los cementerios no permite que los cuerpos permanezcan más de tres a cuatro años, que es el tiempo necesario para completar el proceso de descomposición. Transcurridos esos años, los familiares desentierran los huesos y los llevan a su casa en una sábana o en una caja de madera o latón. El alma convive con sus familiares durante una semana. Se hacen rezos, y en la mesa o altar donde se encuentra colocada la caja, le dejan comida al alma del difunto.
Posteriormente, devuelven los huesos al cementerio y los dejan en el mausoleo del pueblo o de la familia. Los mausoleos familiares reciben mantenimiento; y para la celebración de los fieles difuntos, a fines de octubre y principios de noviembre, todos los cementerios y mausoleos son repintados y arreglados para dar la bienvenida a las almas que vienen de visita.
En la localidad de Hoctún, ubicada entre Mérida y Valladolid, existe la tradición de pintar las tumbas y mausoleos con flores de colores muy alegres. Pueden verse mausoleos en forma de casita maya, de la pirámide de Chichén Itzá o de la “Torre Latinoamericana”.
El cementerio de Hoctún tiene una larga tradición de pintar las tumbas y mausoleos con motivos florales, imágenes de fallecidos y santos, e incluso la Torre Latinoamericana, que está ahí porque el difunto ascendió a ella de visita.
Hoctún, noviembre de 2008
En Yucatán no solamente se construyen casas para los vivos sino también para los muertos; son los mausoleos donde guardan los huesos de los difuntos. Debido al suelo pedregoso del estado no hay muchos lugares con suficiente tierra y profundidad para enterrar a los muertos. El espacio reducido de los cementerios no permite que los cuerpos permanezcan más de tres a cuatro años, que es el tiempo necesario para completar el proceso de descomposición. Transcurridos esos años, los familiares desentierran los huesos y los llevan a su casa en una sábana o en una caja de madera o latón. El alma convive con sus familiares durante una semana. Se hacen rezos y en la mesa o altar donde se encuentra colocada la caja le dejan comida al alma del difunto.
Xocén, mayo de 2013
Posteriormente, devuelven los huesos al cementerio y los resguardan en el mausoleo del pueblo o de la familia. Los mausoleos familiares reciben mantenimiento y para la celebración de los fieles difuntos, a fines de octubre y principios de noviembre, todos los cementerios y mausoleos son repintados y arreglados para dar la bienvenida a las almas que vienen de visita.
En la localidad de Hoctún, ubicada entre Mérida y Valladolid, existe la tradición de pintar las tumbas y mausoleos con flores de colores muy alegres. Pueden verse mausoleos en forma de casita maya, de la pirámide de Chichén Itzá o de la Torre Latinoamericana de la Ciudad de México.
Hoctún, noviembre de 2007
Desde 1980 mi esposa Silvia y yo hemos ido, año por año al cementerio de Hoctún, donde está enterrada nuestra hija. Falleció al nacer, pero sobrevivió su gemela Maya. Tengo fotos de los mausoleos y los pintores que los pintaron desde esa época hasta hoy. Algún día las juntaré todas para que ustedes las vean.
Hoctún, noviembre de 2007
San Felipe, 2008
El Cuyo, 2008
Hoctún, noviembre de 2007
En el pueblo de Pomuch, Campeche, depositan los restos desenterrados de los fallecidos en cajas que luego son guardadas en mausoleos abiertos. A principios de noviembre, antes del regreso de las almas (pixanes), limpian los huesos.
Pomuch, Campeche, julio de 2013
Cementerio de Mérida, 1989
Ticuch, octubre de 2008
Ticuch, octubre de 2008
Cada poblado, grande o chico, tiene su santo patrón cuyo aniversario se celebra con gran fiesta y pompa. Parte esencial de la fiesta en Yucatán es la corrida de toros. En ciudades grandes como Tizimín, Valladolid y Motul, las corridas ya están organizadas por compañías comerciales profesionales. En los pueblos, la organización de la corrida y la construcción del coso taurino o “tablado”, están a cargo de los miembros de los “gremios”, de agricultores, de señoras, de señoritas, etc.
El coso para la corrida, comúnmente se levanta en la plaza principal enfrente de la iglesia y de la Presidencia Municipal, con ramas y palos de diferente grosor amarrados con soga y bejuco, sin clavos. Cada miembro de un gremio es responsable de la construcción de una parte del coso; y también de desbaratarla después de la fiesta. El que construye, durante la fiesta puede usar su parte como localidad para su familia o la puede rentar.
En pueblos muy pequeños, el tablado consiste en una barandilla redonda, muy rudimentaria. Tanto, que en ocasiones el toro brinca el cerco. Por eso los espectadores prefieren “gustar” (como se dice en Yucatán) el espectáculo, detrás de las bardas de piedra de los solares que son más seguras.
Empero, en su mayoría las construcciones son sólidas, con palcos de techo de huano y de uno hasta tres pisos. Cada palco tiene sus sillas plegables; pero muchos, sobre todo los jóvenes, se sientan en la orilla del primer piso denominada “baranda”.
En el pequeño rancho de Yaxché, en el municipio de Valladolid, los vecinos habían construido el cerco para realizar la corrida de toros para el santo, en ese caso la Santa Cruz, que da protección al pueblo. La construcción resultó muy frágil ¡y tres veces se escapó el toro! Las mujeres se mantenían seguras detrás de las bardas.
Yaxché, Valladolid, mayo de 1981
Cada poblado grande o chico tiene su santo patrón, cuya conmemoración se celebra con gran fiesta y pompa. Parte esencial de la fiesta en Yucatán es la corrida de toros. En la actualidad, en ciudades grandes como Tizimín, Valladolid y Motul, las corridas son organizadas por compañías comerciales profesionales. En los pueblos, la organización de la corrida y la construcción del coso taurino o tablado están a cargo de los miembros de los llamados gremios, ya sean de oficios diversos, de señoras, de señoritas, etc.
El coso para la corrida se levanta comúnmente en la plaza principal frente a la iglesia y el palacio municipal, empleando ramas y palos de diferente grosor amarrados con soga y bejuco, sin clavos. Cada miembro de un gremio es responsable de la construcción de una parte del coso y también de desbaratarla después de la fiesta. Durante la fiesta el que construye puede usar su parte como localidad para su familia o la puede rentar. En pueblos muy pequeños el tablado consiste en una barandilla redonda, muy rudimentaria. Tanto, que en ocasiones el toro brinca el cerco. Por eso los espectadores prefieren gustar (como se dice en el medio rural de Yucatán) el espectáculo detrás de las bardas de piedra de los solares, que son más seguras. Empero, en su mayoría las construcciones son sólidas, con palcos de techo de huano y de uno a tres pisos. Cada palco tiene sus sillas plegables, pero muchos, sobre todo los jóvenes, se sientan a la orilla del primer piso denominada “baranda”.
Xalau, municipio de Chemax, junio de 1981
Dzityá, 1996
Cada año los “interesados” construyen el ruedo de toros con palos y sogas. No se emplean clavos porque eso haría más
difícil desbaratar los palos y reutilizarlos.
Xocchel, 1996
Colonia Yucatán, agosto de 2011
Por múltiples razones, principalmente por falta de trabajo en los pueblos, muchas familias emigran a Mérida. Pero ¿A dónde vivir? Gente sin dinero o trabajo pueden unirse con otros deshabitados e invadir un terreno baldío, con la esperanza de lograr un terrenito para luego hacer su casa. Gente con trabajos fijos pueden lograr una casa, de interés social, en un programa federal. Y, si tiene trabajo y dinero, puede comprar, por medio de una inmobiliaria o banco, una casa.
La población y el área de ocupación de Mérida ha crecido mucho, sin plan urbanistica en los últimos 30 años. Generalmente con los ricos en la parte norte de la ciudad, y los pobres, descendientes mayas, en la parte sur o en Kanasín.
Algunos de los paracaidistas que ocuparon terrenos baldíos al norte del anillo periférico de Mérida lograron obtener un terreno al sur del mismo, en la colonia San José Tecoh II. Y poco a poco pudieron empezar a construir sus hogares, en parte con sus propios recursos, en parte con programas de apoyo del gobierno federal.
Mérida, agosto de 2015.
Por múltiples razones, principalmente por falta de trabajo en los pueblos, muchas familias migran a Mérida. Pero ¿dónde vivir? Gente sin dinero o trabajo puede juntarse con otras personas carentes de vivienda e invadir un terreno baldío, con la esperanza de hacerse de un terrenito para luego hacer su casa. La gente con trabajos fijos puede adquirir una casa de interés social, a través de un programa federal. Y si tiene trabajo y dinero puede comprar una casa por medio de una inmobiliaria o de un banco. La población y el área de ocupación de Mérida han crecido mucho y sin una verdadera planeación urbanística en los últimos 30 años. Generalmente, con los ricos en la parte norte de la ciudad, y los pobres, descendientes de mayas, en la parte sur o en Kanasín.
Mérida, agosto de 2015
“¡De aquí no nos movemos!”, proclamaban las familias que habían ocupado unos terrenos baldíos para ganarse un espacio donde construir su casa.
Mérida, agosto de 2015
Una parte del fundo legal de la Colonia Yucatán, comisaría de Tizimín, fue entregada a gente que trabaja en los ranchos para que puedan estar más cerca de los servicios de escuela, salud y comercios. Esta casa fue hecha prácticamente con materiales locales.
Colonia Yucatán, Tizimín, abril de 2014
La señora muestra orgullosamente la casa en el terreno que ‘ganó’ en el pueblo Colonia Yucatán, al mudarse de un rancho aislado.
Colonia Yucatán, abril de 2014
A pesar del tremendo calor en verano no llueve sobre mojado. Esta casa está a orillas de la ciénaga, ya invadida por construcciones. Durante las lluvias fuertes se inunda.
Progreso, septiembre de 2015
Casas construidas con programas del gobierno federal en la ciénaga de Progreso.
Progreso, septiembre de 2015
En los últimos 30 o 40 años las ciudades, sobre todo Mérida, han crecido en buena parte debido a la llegada de gente del medio rural que emigra en busca de trabajo. Como hongos han crecido los fraccionamientos con casas de interés social de Infonavit o programas gubernamentales. Las casas son chicas, pero ¡la casa es mi casa!
Kanasín, diciembre de 2008
Al sur de Mérida y en Kanasín se ha construido cientos de casas con varios tipos de apoyo federal, como INFONAVIT, para los trabajadores, con trabajo fijo y Seguro Social. Las casas son chicas, con uno o dos cuartos, baño, y poco terreno enfrente y atrás de la casa.
Kanasin, 19 de diciembre, 2008.
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Francisco de Montejo I, II y III son fraccionamientos ubicados en la parte noreste de Mérida, que en pocos años -creo que no es exageración decir- se llenaron de miles de
casas. Mayormente están ocupadas por gente con trabajo fijo, empleados y burócratas de clase media. Por su poca planeación urbanística padece problemas de transporte y comunicación. Y para resolverlos las familias necesitan uno o dos coches.
Mérida, diciembre de 2011
La Casa del Pueblo, en la calle 65 en el centro de Mérida fue inaugurada en 1928, por el general Álvaro Obregón, y es obra del arquitecto italiano Ángel Bachini (1861-1948), según Wikipedia. Sería interesante saber qué fue lo que inspiró a Bachini y su relación con Yucatán y los mayas.
Mérida, septiembre de 2013
A partir de la Revolución Mexicana se dio un creciente interés por la cultura prehispánica maya que se reflejó en varios edificios y monumentos en Mérida y Oxkutzcab. Fuente del Parque de Las Américas, Mérida. Diseño del arquitecto Manuel Amábilis.
Mérida, abril de 20113
La herencia maya más emblemática se ve en los edificios y monumentos del Parque de Américas, inaugurado en 1945, obra de los arquitectos yucatecos Manuel Amábilissu hijo Max.
Mérida, abril de 2013
La estación de ferrocarril de Oxkutzcab, diseñada por el arquitecto Manuel Amabilis en 1949, fue convertida en centro cultural, cuando la línea de Mérida–Peto fue abandonada en el año ¿?
Oxkutzcab, marzo de 2008
Dos Chac Mool cuidando el tiempo del reloj colocado sobre el palacio municipal de
Oxkutzcab.
Oxkutzcab, marzo de 2008.
El arco de la entrada al Cementerio General en estilo neomaya fue inaugurado en los años 1918-1920, con el nombre La Ciudad de los Muertos Desconozco quién fue el arquitecto.
Mérida, marzo de 2015.
El emblemático arco maya de las ruinas de Kabah y los clásicos frisos de la zona Puuc, inspiraron al reconocido arquitecto mexicano Pedro Ramírez Vázquez (diseñador de la basílica de Guadalupe y del Museo Nacional de Antropología, entre otros) para el Centro de Convenciones Yucatán Siglo XXI.
Mérida, marzo de 2015.
Con poco respeto al arquitecto y a la identidad maya, fue borrada con la ‘modernización’ que se hizo al edificio en 2020. Con eso se eliminó el arco maya y se terminó la identificación con las raíces mayas de la arquitectura neomaya en Yucatán. ¡Nunca sería tarde volver al edificio a su gloria original!
Mérida, abril de 2024.
Pierrebourg, Fabienne de y Mario Humberto Ruz (editores): Nah, otoch. Concepción, factura y atributos de la morada maya, Secretaría de Educación
del Gobierno del Estado de Yucatán-UNAM-Fondo Mixto Conacyt-Gobierno del Estado de Yucatan, Izamal, 2014.
Sánchez Suárez, Aurelio y Alejandra García Quintanilla (editores). La casa de los mayas de la Península de Yucatán: historias de la maya naj, Mérida-Cd.
de México, Universidad Autónoma de Yucatán-Plaza y Valdés, 2014.