La iglesia del pequeño pueblo de Yaxkukul estaba cerrada, como lo están muchas iglesias fuera de la hora de misa. Pero desde el exterior pude fotografiar esta bella y armoniosa representación de la Virgen de la Candelaria para mi libro sobre vitrales. En su mano izquierda la Virgen sostiene al Niño Jesús. En su derecha, la luz de Dios que nos guía por la vida.

No sé cómo eran los ojos de la Virgen y de Jesús. Pero aquí son azules, algo que muy pocos tienen en Yucatán. ¿Por qué los santos católicos siempre tienen que ser retratados como europeos, de piel clara y ojos azules? ¿Cuándo se mexicanizarán, con piel morena y ojos negros?