Mucha gente conoce y admira los vitrales medievales de las iglesias europeas. Probablemente los más famosos son los de Notre-Dame de París, que después del devastador incendio en 2019 resurgieron como el ave fénix, literalmente, de sus cenizas.

Sin embargo, algunas iglesias de Yucatán los tienen y están a la altura de los europeos. Unos fueron costeados gracias a la riqueza del “oro verde”, la producción de henequén desde finales del siglo antepasado. Pero nuevas riquezas proporcionaron dinero para hermosos vitrales en tiempos posteriores.

En la iglesia de María Inmaculada en la colonia Campestre de Mérida hay 13 vitrales bellísimos. Comienzan con la expulsión de Adán y Eva del Paraíso tras comer la manzana del Árbol de la Ciencia, desobedeciendo al Señor. Y gracias a ellos estamos aquí en esta bella Tierra, resolviendo nuestros problemas aplicando la ciencia. De las representaciones del exorcismo que conozco, Adán y Eva salieron «tal como el Señor los creó», sin nada de ropa. Aquí tapan sus vergüenzas en nombre de la moralidad.

Jardín del Edén.

Parroquia María Inmaculada 30