La no consideración de los artesanos en la Constitución de 1857 seguramente se debió a que el fenómeno artesanal, tal como lo conocemos ahora, no existía en ese entonces. Por un lado, en la Colonia fueron introducidas una serie de artesanías traídas de España, como la orfebrería o la talabartería, que se deben de haber constituido en oficios artesanales desde la Edad Media en Europa.