Una buena vida es, poder vivir en paz y tranquilidad, tener suficiente de comer, poder vestirse bien, ver a sus hijos sanos, bien alimentados, desarrollando sus capacidades de acuerdo con sus intereses, y divirtiéndose. La buena vida también significa poder vivir y vestirse de acuerdo con lo que ‘debe ser’, y hacer fiestas y divertirse con sus familiares y vecinos de acuerdo con las «viejas tradiciones».
De acuerdo a esa definición ¿podemos decir que la gente en la Huasteca tiene una buena vida? Es evidente que la mayoría de la gente, sea indígena o mestizos, ni tienen suficiente para comer, ni son sanos, y no tienen para vestirse bien o educar a sus niños. Y tal vez lo peor es que la gran mayoría tiene poca esperanza de mejorar su vida significativamente.
A pesar de eso encontramos mucha risa, mucha hospitalidad, mucho entusiasmo para mejorar las cosas, y en las fiestas hay ganas de participar, bailar, comer y estar alegre.
La cultura de un grupo de gente o un pueblo, es la forma en que vive, o sea la forma especial que gente de ese grupo piensan, hablan, se visten, conviven y hacen sus cosas. La cultura es todo un conjunto de técnicas, y conocimientos de un grupo de gente que se ha desarrollado durante muchos, cientos de años, y que de ese modo, ha dado una característica especial a ese grupo, y que la diferencia de otros grupos.
En la Huasteca existen dos grupos culturales, los indígenas que tienen una lengua materna indígena, tenec, y los mestizos, cuya lengua materna es el español. Podemos ver que la forma en que visten los mestizos pobres y los indígenas en la Huasteca, es distinta, a pesar de que viven en iguales condiciones económicas. También sus canciones, su lengua y sus creencias, son diferentes. Y su historia es distinta.
Por su convivencia, por la influencia del radio, las escuelas, los mejores medios de comunicación, y por las condiciones económicas bajo la cuál los dos grupos viven, la cultura de ambos grupos, se acerca cada día más.
En la Huasteca Potosina existen dos grupos indígenas, que mayormente se diferencian por su lengua. Un grupo habla huasteco, tenec, y otro grupo náhuatl. Aunque viven en pueblos vecinos, ¡a veces no se entienden! Las dos lenguas tienden a desaparecer, igual como la indumentaria tradicional de los indígenas, y su música y demás costumbres y tradiciones. Y, desgraciadamente no existe mayor esfuerzo para preservar lo que vale la pena preservar de su cultura, o por lo menos para dejar un testimonio de lo que había. No hay libros y enseñanza de las dos lenguas. Con la extinción de una lengua desaparece todo una experiencia y sabiduría colectiva humana, acumulado por cientos de años.
Con Dios, los dioses indígenas tradicionales y los santos de los conquistadores hay que tener una buena relación para que las cosas van bien. En todas las casas hay calendarios o cuadros con imágenes de santos. Los domingos o días de mercado muchos van a oír misa a la iglesia parroquial. Otra gran fiesta entre los indígenas y mestizas igual es la fiesta del Santo Patrón de la parroquia. La gran mayoría son católicos, pero también hay grupos de evangélicos. Se lleva al Santo en procesión, y hacen celebraciones frente a la iglesia con danzas y música tradicional.
No solamente con los santos católicos se tiene relación. Cerca de Huichihuyán hay dos cuevas grandes, con varias salas, pasillos, estalactitas y estalagmitas. Aquí la gente puede encontrar al ‘Dios de la Sierra’, o «El Dios de Todo» -sin tener que pagar a un cura. Al frente de una estalactita grande se hacen oraciones, se ponen ofrendas y se prenden velas. Mucha gente viene para curarse de una enfermedad.
Las mujeres indígenas tradicionales llevan sus hipiles bordadas en color rojo con punto de cruz. Más que el bordado de los hipiles, casi no hay nada de lo que llamamos ‘artesanías’. En Huichihuyán los indígenas de la sierra llevan y venden figuras, platos y jaras de madera cortada. En unos pocos pueblos tejen tapetes con fibras de henequén. Entré los indígenas de Mesquitate, cerca de Tamazunchale, se hacen guitarras de muy buena calidad.
En cualquier pueblo existe un cúmulo de relatos que ha pasado de boca a oído por generaciones. Lo mismo debe ser el caso en la Huasteca entre los indígenas. Desgraciadamente no existe muchos textos impresos con leyendas o temas huastecos. Los únicos libros que existen (1979) con un texto huasteco son 1) un catecismo y gramática editado en 1767 por el padre Tapia Centeno, y 2) un diccionario, una breve historia de México, un librito con unos cuentos para niños, y la Biblia, editada por el Instituto Lingüístico de Verano. Parece que solamente los grupos religiosos se han interesado por los valores espirituales de los Huastecos.