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Alberto Rosado G. Cantón

Alberto Rosado G. Cantón

Médico, exrector de la Universidad Autónoma de Yucatán (1920-1996)
Yo me sentía netamente yucateco regionalista en mi juventud, pero después de haber vivido 75 años yo siento que eso no puede ser, puesto que yo he conocido muchos pueblos. He tenido la gran oportunidad de haber viajado por todo el mundo. Me he dado cuenta que todas las personas somos iguales. Todos tenemos aspiraciones, y unos tienen aspiraciones buenas y logran progresar en determinadas situaciones.

Yo me siento muy comprometido con un dinamarqués llamado Harald Seidelin, que estuvo aquí trabajando desde 1906 hasta 1910 y fundó el Departamento de Patología y de Laboratorios. La obra de él fue una obra extraordinaria.

Después de estos 4 años, él se retiró de Yucatán y se fue a África, en donde estuvo estudiando las enfermedades del trópico. Pero nunca volvieron a repetirse las prácticas que realizó Harald Seidelin, por lo que podemos considerar que fue la época científica de oro en la medicina de Yucatán.

Después vinieron otros investigadores, entre ellos Hideyo Noguchi, en 1920. Él fue el primer Doctor Honoris Causa que otorgó la Escuela de Medicina de la Universidad. Pero después de estos investigadores se vino a menos el estudio básico de la Medicina y su estudio científico. Y pasaron bastantes años para que eso renaciera. En mi caso, al empezar a estudiar Medicina tuve la aspiración de que pudiese volverse a ver una época de oro en la Medicina de Yucatán. Pero eso no puede ser hecho por una sola persona, como lo logró Seidelin en 1906. Él dejó a personas preparadas, que con el tiempo se desaparecieron. El ambiente de investigación se había diluido.

Yo empecé a estudiar en 1940 y terminé en 1947. Lo que aprendí tengo que agradecerlo a mis maestros de la Universidad de Yucatán. Pero además, tuve oportunidad de salir de aquí para poder darme cuenta cómo estaba evolucionando la Medicina en general. Y yo, al terminar mis estudios en Yucatán, pude darme cuenta de que estábamos débiles en ciertas cuestiones.

Yo me sentía netamente yucateco regionalista en mi juventud, pero después de haber vivido 75 años yo siento que eso no puede ser, puesto que yo he conocido muchos pueblos. He tenido la gran oportunidad de haber viajado por todo el mundo. Es una oportunidad que me ha brindado la vida. Me he dado cuenta que todas las personas somos iguales. Todos tenemos aspiraciones, y unos tienen aspiraciones buenas y logran progresar en determinadas situaciones. Soy un regionalista porque nací en Yucatán, pero he pugnado para que las cosas de aquí, se desenvuelvan igual que en otros lugares. Yo creo que el regionalismo es conveniente para poder desenvolver cierto impulso de uno.

Soy y me siento yucateco, pero también soy mexicano; no estoy reducido a ese único lugar de la tierra. Porque no es posible vivir aislado ni es posible que en un solo lugar exista lo mejor del mundo. No todo el mundo es igual, pero todas las razas son iguales. Todos tienen pensamientos positivos y todos deben ser tomados en consideración. En la actualidad yo me considero yucateco, pero con una visión del mundo que podíamos decir internacional. He vivido en Europa, estuve un año viviendo en Inglaterra. Y he visitado todos los países de Europa y en todos fui recibido de una forma extraordinaria, sin ninguna discriminación.

Muchos aquí en Yucatán piensan que fueron dominados por los mexicanos y que esto ha impedido en su desarrollo. ¿Es cierto?

No, yo no creo en eso. Yo creo que los yucatecos vivían aislados, en una península diferente al resto del centro. En esa región estaba un pueblo maravilloso, que es el pueblo maya, con una cultura extraordinaria. Y en el centro había otro pueblo, el pueblo azteca, con una civilización también sumamente avanzada. Pero cuando los yucatecos se independizaron de España, inmediatamente se unieron al centro para formar una federación. Nunca creyeron en el centralismo, creyeron que cada estado era diferente y que íbamos a ser apoyados por el centro. Cuando hubo dificultades en el concepto de qué era el federalismo, hubo protestas de Yucatán en determinadas situaciones, y llegaron a ser muy fuertes. Pero Yucatán tenía ciertas necesidades que debían ser apoyadas por el Centro, si formamos una federación. Yo creo que esa situación, más bien política, fue lo que los rebasó.

Cuando terminé de estudiar, no pensé en irme fuera del país para seguir estudiando. Quise ver cómo estaba la situación en México. Y me quedé sorprendido, porque encontré un hospital infantil que era de lo mejor que había en el mundo en esa época. El Centro Cardiólogo y el Centro de Nutrición y otros centros de investigación relacionados con la Medicina, eran algo que no existía en Yucatán, y sentí que eso le faltaba a Yucatán. Yucatán estaba atrasado en relación con lo que pasaba en ese momento en el campo de investigación.

Desde 1970 ha cambiado mucho Yucatán. Se ha impulsado la investigación, y ya a partir de 1980 había aquí más centros de investigación que en muchas otras partes de la República.

Antes la investigación fue esporádica y desapareció con las personas que la realizaron, pero a partir de 1970 se fundaron una serie de centros de investigación y ésta se formalizó. En 1975 se formó el Centro de Investigaciones Regionales Dr. Hideyo Noguchi, con varias actividades. Primero con lo que había aquí, porque ya había gente preparada. Y luego vinieron otros centros de investigación como el Cinvestav, el CICY y el INIREB. Ahora existe el ambiente para investigar.

Yucateco que más admira:

No puedo mencionar a uno solo, porque son muchos los que me han inspirado 0 apoyado. Ha sido obra de muchos el desarrollo de la Medicina aquí. La gente ha tenido que salir de Yucatán y ver cómo son las cosas allá para poder impulsar cosas en el estado, y también para poder ver lo que tenemos aquí. La influencia de Europa fue tremenda. La influencia de La Habana fue grande y la de Estados Unidos también, desde luego. Pero desde 1945 la influencia de México creció, porque se habían formado centros de investigación extraordinarios allí.

No hay una persona en la Medicina que en particular que yo admire, sino muchos. Hay que abrirse al mundo, pero claro, el trabajo que realiza cada uno es lo que marca lo que sucede en cada región.

Yo no tengo héroes, porque creo que todos somos humanos, con tendencias buenas y malas. Pero todos tenemos buenas intenciones. Todos tenemos aspiraciones, y hay quienes tienen aspiraciones buenas y hacen que progresen de determinadas situaciones. Soy un regionalista porque nací en Yucatán, pero he pugnado para que las cosas aquí en Yucatán se desenvuelvan igual como se desenvuelven en otros lugares. Yo creo que el regionalismo es conveniente, pero para desenvolver cierto impulso de uno.