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Dulce María Sauri Riancho

Dulce María Sauri Riancho

Exgobernadora, expresidenta nacional del PRI (1951)
El ’cultivo’ es un rasgo que considero negativo en la sociedad yucateca. Es privilegiar sobre el trabajo la suerte. Es el ingenio aplicado no para trabajar mejor, sino para no trabajar. Es el reconocimiento social para el que ha trabajado menos y logrado más.

Soy yucateca, nacida en Mérida, de padres yucatecos. Los yucatecos tenemos un
alta estima por ser yucatecos, por pertenecer a un lugar que no se parece a otro, y una forma de ser que no se parece a otras. Y aun cuando la sociedad yucateca se ha abierto a la sociedad nacional, principalmente por los mejores medios de comunicación que antes no existían, persigue la sensación, desde edad temprana, de pertenecer a algo diferente.

La lengua es diferente, porque el español que hablamos aquí tiene una serie de modismos y, en algunos casos, arcaísmos y palabras provenientes del Caribe, que son diferentes a las que usan en el centro del país. La cocina yucateca tiene sus particularidades y es parte de nuestra cultura.

El idioma maya es muy fuerte en Yucatán, tenemos el mayor porcentaje de bilingüismo en la República. Incluso en los rasgos físicos somos algo diferentes, hasta nos han caricaturizado con el yucateco cabezón.

Todo este conjunto de cuestiones crea en uno la sensación de vivir en un lugar distinto y ser parte de un lugar diferente. Y aun con mejores comunicaciones se conservan estos valores, como parte de una conciencia colectiva. Sin embargo, como todo lo que se ha masificado por medio de la comunicación de excelencia, que es la televisión, los valores tradicionales tienden a irse diluyendo. Por eso es importante que haya una fuerza consciente de conservar esos valores, no en el sentido negativo de ser distinto, pero sí para identificarnos.

Creo que hay un esfuerzo y conciencia entre los yucatecos por conservar los valores yucatecos. Pero creo que falta una mayor coordinación y, sobre todo, un propósito explícito de la conservación de los valores de lo yucateco.

Hay un caso que conozco de cerca y es la recuperación de una expresión cultural del pueblo yucateco que es el bordado. Es un grupo que decidió hacerlo con muy pocos recursos y poco apoyo, pero que tiene un excelente trabajo. Los grupos que trabajan en torno a la preservación de la lengua maya son otros que también se preocupan. Hay parte institucional en el esfuerzo, pero mayormente es la parte social quien lo está haciendo. La preservación de lo yucateco es importante. Lo están haciendo, pero no ha habido una escena clara de coordinación y organización, y ni el gobierno puede hacerlo por sí solo ni las asociaciones solas. Tiene que ser una acción coordinada.

Si no hay coordinación, los esfuerzos muy valiosos tienden a perderse. Por ejemplo, el sistema bilingüe que tenemos muy extendido en el estado, no tiene el impacto que debía tener.

Aparte hay una cuestión que quizás es parte de la característica de lo yucateco: Yucatán es una sociedad muy mezclada. Si pones de un lado a lo indígena, del otro a los mestizos o no indígenas, y en medio tienes algo que es sumamente difícil de clasificar, lo que tienes lo clasificarás por el origen étnico, pero en realidad todos tenemos el mismo rasgo, unos un poco más altos, otros más bajos o gordos. Otra opción es que te vas a clasificar por los apellidos de quien conserva el apellido maya y quien cambió de Ek a Estrella.

¿Cómo divides y clasificas a esa sociedad?

Afortunadamente la población monolingüe, que solamente habla la maya, es pequeña, a diferencia de otros estados de la República como Chiapas o Oaxaca. Afortunadamente, porque aun conservando la lengua materna, ha habido posibilidad de integrarse a la nación por medio del español.

Entonces, en una sociedad mezclada, ¿cuál es la política para conservar lo nuestro? Porque primero hay que definir qué es lo nuestro. Y lo yucateco es lo que se ha hecho aquí durante los últimos cuatro siglos, creando una sociedad que es maya y española; que es maya y mexicana, sumamente mezclada. El eje central en la cultura es la lengua, y por eso, tal vez, no sería mala idea introducir la enseñanza de maya en la escuela primaria, como una medida para reforzar nuestra cultura. Pero hay que considerar cómo instrumentarla. De hecho, en muchas casas, en pueblos como Kanasín, tan cerca de Mérida, la lengua cotidiana es el maya, o bien, en el centro de Mérida, en el Mercado Grande, se oye la lengua maya.

Hay que encontrar un eje que dé pie y contenido a esa intención de conservación de la cultura.

Cosas de Yucatán que menos le gustan:

El ‘cultivo’ es un rasgo que considero negativo en la sociedad yucateca. Es privilegiar sobre el trabajo la suerte. Es el ingenio aplicado no para trabajar mejor, sino para no trabajar. Es el reconocimiento social para el que ha trabajado menos y logrado más. Yo creo que es un rasgo negativo. Pero ese rasgo no es único del yucateco, lo tiene también el centro de México, allá se le llama ‘grilla’.

Otro rasgo yucateco que no me gusta es la tendencia de conformarse pensando que sólo el tiempo cambia las cosas y no las personas. Dicen que es un rasgo que proviene de la cultura prehispánica, pero yo no lo veo así, porque no creo que los mayas hayan sido conformistas.

Y nuevamente está ligado con el concepto del trabajo, allí no se privilegia el trabajo sino la suerte o buena fortuna.

Como figura política creo que Felipe Carrillo Puerto es el yucateco más destacado, porque supo entender la idiosincrasia del pueblo yucateco y supo ponerlo en movimiento. Fue valiosísimo en el momento que lo hizo. La sociedad yucateca estaba ideológicamente sojuzgada, no sólo económica y políticamente, pero la concepción de libertad estaba completamente ajena a los grupos populares, y Carrillo Puerto supo crear confianza y fe en la gente que nunca había tenido fe en sí misma, como fueron los peones y campesinos.

Pero hay otro rasgo de los yucatecos que surge en relación con Carrillo Puerto. Él llego al poder con un enorme apoyo. Sin embargo, Carrillo Puerto se ve obligado, por el gélpe de los huertitas, aquí representado por Ricardo Broca, de irse hasta El Cuyo para tomar un barco, que al fin de cuentas nunca llegó. Fue detenido e hizo el recorrido desde El Cuyo hasta Mérida, más de 200 km, con una escolta de 40 soldados. Atravesó extensiones muy importantes de la zona donde él había trabajado políticamente desde un principio, como es la zona de Motul, y nadie se organizó para rescatar a Felipe Carrillo Puerto.

Dejaron que llegara a la cárcel y fue sometido a esa farsa de juicio, y al final de cuentas fue fusilado. Yo creo que es una de las grandes vergüenzas históricas que tenemos como pueblo.

El pueblo yucateco tiene un conformismo, donde sienten que no hay nada que hacer, y que las cosas tienen que pasar por sí mismas, entonces no se arriesgan. Si revisamos la vida política de Yucatán, tenemos muy pocos mártires políticos. Es parte de ese rasgo negativo de la sociedad.

¿Hay una mujer que te ha inspirado mucho?

Mi mundo está muy centrado en la política, y en ella dominan los hombres. Hay muy pocas mujeres. En la época de Carrillo Puerto hubo mucha participación de las mujeres. Una mujer que ha resaltado es Consuelo Zavala. No son muchas las que han destacado en la historia de Yucatán. Pero hay que tomar en cuenta la época cuando se inicia su introducción en la vida pública. Simplemente una mujer que hablaba era mal vista, cualquiera fuera el tema de que se hablaba. Hubo el Congreso Feminista en 1915 y 1916, y de verdad no se da crédito a los temas que trataban las mujeres de entonces.

Y todavía hay gente en Yucatán, yo lo he experimentado, que se niegan a aceptar que las mujeres pueden decidir por sí mismas, y siempre están buscando el referente masculino, o el marido si es casada, o el padre. Y si no lo es, entonces el amante. Es una forma de machismo más sutil, y por eso más cruel para la mujer. No diría que solamente existe aquí, pero a mí me tocó ser gobernadora aquí, pero seguramente existe también en otras partes. Donde una mujer ejerce, siempre hay alguien que busca quién es el hombre que decide por ella. Quién es el poder masculino que la controla. La mujer que quiere adelantar, tiene que trabajar más del doble que un hombre. Hay muchas mujeres que trabajamos muy duro, y sin embargo no reconocen nuestra capacidad. Es terriblemente difícil.

Y de allí habría otra figura como Salvador Alvarado. Aunque no es yucateco, él hizo por Yucatán y los yucatecos mucho de lo que no pudimos hacer en aquel entonces. Todavía hay leyes que él impulsó que están vigentes. El impulso, el sentimiento que uno puede ser libre. Que se puede hablar y crear en libertad. Creo que fue lo más valioso que trajo Salvador Alvarado.

¿Pero no sientes que desde ese tiempo las cosas han venido para abajo?

Allí entramos a analizar lo que es la cultura, y la cultura política del pueblo mexicano en general, y cómo se crean las manifestaciones culturales nacionales. Se ha cambiado desde el principio del siglo hasta hoy. Y prácticamente con el desarrollo de la comunicación. Yo me pregunto qué podemos hacer para contrarrestar la influencia, por ejemplo, de las parabólicas. Con la parabólica se puede entrar en las culturas de todo el mundo. Y en los pueblos mayas más alejados, donde no llega la televisión nacional, allá la gente se organiza para tener una antena parabólica y ya con eso el mundo está abierto. Ante esa realidad es importante que la sociedad yucateca hagamos una reflexión de qué valores queremos conservar. Y si no hay una reflexión conjunta y una toma de decisión conjunta, no podemos hacer frente a esa invasión.

Está más allá de las voluntades o posibilidades de un gobernador. En relación con el centralismo, creo que Yucatán siempre ha luchado por conservar su identidad yucateca. No queremos ser como en el centro de la República, sino queremos ser yucatecos. No solamente en el campo de la política, también en la cultura y en la economía. La identidad se hace no solamente en relación de lo que somos, también en lo que no queremos ser. No queremos ser uaches si es ser dominantes, machos prepotentes. Curiosamente el machismo, como un rasgo cultural no es sobresaliente como en otras partes del país.

¿Entonces qué significan los uaches?

Significa también el sojuzgamiento de Yucatán. Los uaches vinieron del centro del país para quitar un gobierno federal e imponer un gobierno centralista. Y la separación de Yucatán por la República se dio exactamente cuando México cambia su sistema federalista a un sistema centralista. Entonces hay toda una política y conciencia por mantener la autonomía del estado.

La autonomía económica se dio naturalmente por la falta de comunicación con el resto del país en aquel tiempo, y hace que en Yucatán se desarrolle una industria de bienes de consumo muy importante. Cuando se abren las comunicaciones, sobre todo por los ferrocarriles, la industria local ya no resiste la competencia de otras partes del país. Aun antes lo mismo había sucedido con la caña de azúcar. Obviamente se podía cultivar caña de azúcar en Yucatán, pero cuando se puede traer azúcar de otras partes del país, con mayor productividad, se acaban los ingenios azucareros en Yucatán.

Lo que no me gusta de los mexicanos, uaches: Su falta de entendimiento y aceptación de la idiosincrasia de los yucatecos por parte de los uaches es algo que no me gusta. Su tendencia de rechazar con la descualificación lo que no entiende. De vernos como algo curioso. De que hablamos curioso. Estamos raros. Se hacen chistes sobre nuestra forma de ser. Es sumamente agresivo y lo considero muy molesto. Querer entender a los yucatecos con un escalón preestablecido.

El problema más grande en Yucatán: La falta de dinamismo en la economía es el problema más grande en Yucatán, que se traduce en falta de empleo. Es el más grave. Es un reflejo de un problema nacional, pero más es un fenómeno que tiene características locales específicas. Si vemos en términos convencionales, Yucatán tiene pocas alternativas, y así hay una idea muy difundida.

Pero creo que es una concepción y enfoque muy equivocado de lo que se puede hacer en Yucatán. Hay países del mundo que tienen menos recursos que nosotros y, sin embargo, ya son gigantes industriales. Me refiero a ciertos países asiáticos. Lo que se requiere es aprovechar nuestras ventajas. Nuestra posición geográfica central es una, otra cosa es la gran cantidad de agua que hay en el norte de Yucatán. También debemos aprovechar la posición que ha tenido Mérida como el centro del sureste.