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Julia Campos

Julia Campos

Maestra, pianista (1958)
Unas de las cosas que diferencia a los yucatecos de otra gente de México es que aquí hay mucho matriarcado. Casi siempre es la mujer quien lleva el hogar. En la cultura azteca, por ejemplo, yo he visto, porque he vivido allá, que son los hombres los que dominan en la casa. No, aquí es la mujer la que decide.

Para cualquier persona no hay tierra más linda que la de uno. Para mí Yucatán es lo
más lindo. Porque acá yo paso por la calle y saludo a una persona por aquí y a otra persona en otra esquina, saludo a una persona más a la mitad de la cuadra. Además, aquí está toda mi familia. Y si yo hubiera nacido en Guanajuato, creo que me pasaría igual. Y si yo viviera en Mazatlán también me pasaría igual. Sin embargo, yo no siento que haya una diferencia entre una persona que es de Tabasco o Campeche, y aquí que somos yucatecos. No creo que haya diferencia. Pero creo que estoy más a gusto aquí que en otros estados, porque aquí crecí y aquí tengo muchos queridos amigos, aquí están mis raíces. Aquí conozco a todo el mundo.

Unas de las cosas que diferencia a los yucatecos de otra gente de México es que aquí hay mucho matriarcado. Casi siempre es la mujer quien lleva el hogar. En la cultura azteca, por ejemplo, yo he visto, porque he vivido allá, que son los hombres los que dominan en la casa. No, aquí es la mujer la que decide. Aunque el hombre diga “se va a comprar esa casa” y él toma las decisiones, sí es cierto. Pero lo que es el hogar, la mujer decide lo que van a comer, dónde van a estudiar los niños, y los niños siempre quieren más a la mamá que al papá. Claro, no es así que la mujer va a decir a qué hora el hombre va a lavar sus dientes, o a qué hora va a dormir, pero en un sentido más generalizado sí es la mujer quien lleva las riendas.

Y si investiga a ver cuántos hombres en otras partes dejan el hogar para irse a vivir a otro lado, son muchos. Pero el yucateco no deja a su tierra si puede evitarlo. Se puede irse por un tiempo, pero tiene que regresar. Es muy raro el yucateco que va a otro lado y se queda. El yucateco se va por un tiempo, pero regresa, porque le gusta estar cerca de su mamá. Los yucatecos se pegan mucho a su familia. Las mujeres se casan y en vez de realmente dedicarse a su esposo, siempre tienen un pie en casa de su mamá. No dejan a su mamá. Es un matriarcado que hay acá, y así es la tradición acá. Aquí no va a ver una pareja que resuelva sus problemas solos. No, siempre están metidos los papás, diciéndoles que van a hacer. Es muy tradicional la cultura yucateca.

Los yucatecos somos menos audaces que los aztecas y los tlaxcaltecas. Acá cae una llovizna y nadie se sale de su casa. Todas las actividades se paran. Allá en otras partes de México, al contrario, la gente pone un impermeable y botas de hule y salen. Pero acá no. Yo digo a mis amigas: recuérdense que los indios mayas perdieron muchas batallas porque no quisieron luchar bajo la lluvia. Yo he vivido en otros estados, y llueve y las actividades siguen igual. Aquí haces una fiesta y llueve, y llega la cuarta parte de los invitados.

Una cosa que me gusta aquí es que todas las casas están abiertas, y la gente viene y pasa por toda la casa. Aquí los niños que viven en la calle entran y salen. Al contrario, en Puebla, donde he vivido, tú tocas la puerta y te vienen a abrir, pero solamente tantito, y te contestan: “voy a ver si está fulanita”. Te cierran la puerta, y si este fulanito te dice: “sí está, pasa, por favor”, nunca te lleva más allá de la sala. Nunca vas a conocer la cocina o la recámara.

No es como aquí. La cosa aquí es muy familiar. En Puebla todas las casas están cerradas y no ves niños jugando futbol en las calles. Aquí yo puedo llegar a ver a cualquier persona a cualquier hora. En otras culturas, si tú llegas a una casa sin avisar, la gente te dice: “perdón, como no me avisaste yo no te puedo atender, tengo otras cosas que hacer”.

Hay cosas que no me gustan de los yucatecos. Somos muy chismosos en todo sentido. Las vecinas vienen a preguntar no solamente quiénes vinieron a tu casa, también por qué vinieron. Son muy tradicionales en el aspecto que pueden ver que un hombre conversa con otra mujer y está bien, pero si una mujer conversa con un hombre, se chivean, no les gusta. Son muy machistas en el sentido que el hombre puede hacer muchas cosas y la mujer no las puede hacer. Aunque en el hogar la mujer es la reina. Es la ventaja acá. Pero fuera del hogar se da prioridad a los hombres, les pagan mayor sueldo a los hombres.

Yo lo he sentido, por el mismo trabajo a mí me han pagado $300 pesos y a un señor $1,000. No me parece correcto, pero no voy a decir nada, mejor me salgo del trabajo. No tiene caso protestar. Si mi trabajo no es apreciado, para qué voy a protestar.

Yo pertenezco a una iglesia presbiteriana, y las mujeres acá no pueden predicar, aunque en la misma iglesia en Estados Unidos sí pueden predicar. He tratado de cambiar esa situación, pero no es posible. Se da preferencia a los varones.

Lo que no me gusta es que los yucatecos son muy egoístas con las mujeres. Se fijan mucho en lo que hace uno con su vida privada. En otras partes donde he trabajado, jamás se fijan en mi vida privada, jamás. No es que yo quiera hacer algo malo, pero como soy sola se fijan. El otro día un jefe mío me dijo: “Maestra, el día que usted haga algo malo, todos nos vamos a enterar; así que debe usted cuidarse”. Para ellos lo peor que una mujer sola puede hacer es andar con hombres. Si un hombre solo sale con otras mujeres se ve muy bien, pero si una mujer sola sale con hombres, es algo terrible. Se preocupan mucho de ese aspecto, pero para mí hay problemas mucho más importantes, como la salud de mi hijo, o de dónde voy a sacar dinero para pagar algo pendiente. Tengo problemas más importantes que pensar que en hombres. Esa es una de las cosas que más me molesta de mis paisanos.

Otra cosa es que se ofenden muy fácilmente. En otras culturas tú puedes decir una cosa a una amiga, con toda sinceridad, sin que se moleste. Pero si tú a una amiga aquí le dices, por ejemplo, que no puedes comer su comida porque te hace daño, se ofende muchísimo. Es criminal.

Hay mucho talento artístico, sobre todo musical. De la música vernácula Yucatán es uno de los mejores lugares. Hay los tríos Los Ases, Los Panchos, que tienen fama internacional. De compositores hay muchos que tiene fama internacional, como Daniel Ayala o como Armando Manzanero, Luis Demetrio y Carlos Lico. De todos los músicos yucatecos quien más me gusta es Armando Manzanero, tiene las canciones que más me gustan. Es lo máximo ese hombre, musicalmente. Creo que es lo mejor que ha dado Yucatán. Yo toco música popular y me gusta mucho. De música clásica hay pocos conocidos, pero es que no se ha trabajado en ese aspecto. En Yucatán hay mucho talento musical. Vas a una casa a una fiesta y siempre hay alguien que sabe tocar la guitarra y canta. En todas las casas hay alguien que es bueno para la música. Yo he dado clases en varias partes de la República, pero aquí es donde he encontrado más niños con talentos musicales. Los frailes que vinieron a Yucatán comprobaron que los mayas tenían mucho talento musical.

Que los yucatecos son dominados por los uaches, no lo creo. Creo que hay gente buena y mala en todas partes. No tengo nada en contra de los uaches. Pero claro, históricamente Yucatán trató de separarse del resto del país en el siglo pasado y formar una sola república. Por eso hasta ahora hay el chiste que Yucatán es la hermana república de México.