Espiritualmente soy maya, aunque yo desciendo de españoles e italianos, pero soy de entrañas y espíritu maya.
Las costumbres, el modo de ser, el idioma, combinado el español con la maya, forman
una estructura muy especial psicológicamente. Es muy distinto al carácter mexicano del centro. Hace unos 60 años todos en Mérida hablábamos maya y español. Éramos bilingües. La lengua maya da mucho sabor, salsa y sentido a nuestro idioma.
El caso es que Yucatán se formó con sus propios esfuerzos. Los yucatecos hicieron los ferrocarriles. Y toda la industria henequenera la hicieron los yucatecos. Acá se construyó la máquina para raspar el henequén. Se hizo la cultura. Yucatán tenía su propia cultura. Era como una nación. Hoy cada estado debe defender su soberanía.
Debían enseñar la lengua maya. El que no sabe lengua maya es extranjero en Yucatán. Es una lengua bellísima, con sentido con poesía.
Soy mexicano políticamente y daría mi vida por México. A los 10 años casi me linchan en Estados Unidos por defender a México.