Estuve viviendo 10 años en Estados Unidos y allá aprendí qué es Yucatán y ser yuca-
teco. Fue allá donde pude ver mejor la realidad del estado en que nací.
Sentí en Estados Unidos orgullo de pertenecer a Yucatán, donde floreció una civilización memorable. Lo positivo de Yucatán es que allí se encuentra cierta hermandad, lograda por el sentimiento de compartir un pasado común. Hay en Yucatán un sentido de cordialidad, que los yucatecos demuestran en su trato diario, con sus paisanos y los visitantes. Hay mucha hospitalidad.
El valor humano y la tradición histórica del pueblo, me ha estimulado para lo que yo escribo. Todos mis libros son sobre Yucatán. Yucatán me inspira.
Claro, soy mexicano. Pero más me siento como yucateco. Antes había mucha diferencia entre la gente del centro de la República y los yucatecos. Ahora estamos más integrados y mezclados. Pero con esa integración también vienen las cosas negativas, como por ejemplo tipos y programas como Raúl Velazco en su Siempre en domingo.
En México, y como mexicanos, debemos apoyar las tradiciones regionales, porque de allí provenimos. Debemos salvar las tradiciones. En lo que yo puedo ayudar, es por medio de mi obra literaria. Trato en mi trabajo de aportar algunos elementos que de algún modo dignifica al estado, al pueblo y a su gente.
Reconozco que estoy luchando contra fuerzas muy poderosas, como la TV y otros medios de comunicación, como las revistas con historias dibujadas, que en muchos casos prostituyen la cultura yucateca. Los autores tienen que luchar contra estas formas de vida ajena a Yucatán. La literatura tiene un papel allí.
Lo que menos me gusta entre los yucatecos es la falta para apreciar la literatura y las artes. Reconozco que no es culpa total del pueblo. La TV, el cine y la literatura chatarra, con sus revistas dibujadas, han influido en esa conducta negativa. Se encuentra entre miles de personas, de clase humilde y de clase media. Consumen la cultura chatarra en vez de leer buenos libros. La radio aquí es mala, malísima. Lo única que se aguanta escuchar es Radio Universidad. Es lo que no me gusta de lo yucateco.
¿Cuál es el yucateco que más admira?
En lo que se refiere a mi vocación como escritor de literatura, a mi papa (Leopoldo Peniche Vallado), él me ha inspirado y apoyado mucho.
Alfredo Barrera Vázquez me inspiró en apreciar y captar lo histórico y antropológico de Yucatán. Él fue mi mejor guía. Lo aprecio mucho.
¿Cuál mexicano admiras más?
En la literatura clásica mexicana: Alfonso Reyes, y en la literatura que describa al pueblo mexicano: Juan Rulfo.
¿Qué te gusta menos de los mexicanos o de México?
Un tipo de vida que en particular se proyecta en el cine mexicano. Estoy pensando en las películas rancheras, en donde la fórmula siempre es trago, peleas y mujeres fáciles. Es un tipo de vida que refleja que los problemas se resuelven peleando, donde el machismo se impone y los problemas que no se resuelven se ahogan en tragos. Se proyecta en particular en las películas rancheras. Todas las películas de Pedro Infante son así. No me gusta. Y la realidad mexicana que vive y reproduce estos valores, tampoco me atrae.