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Escrito por Gaspar Canul

El dueño del bordado es la X-Ajaw.

Las mujeres que hacen bordado se deben cuidar mucho, porque pueden ser atacadas por el

dueño de la costura; por eso tienen que respetar ciertas costumbres.

Cuando una mujer empieza a costurar una prenda, ya sea con máquina o a mano, debe de cuidar

la pieza, no debe permitir que lo agarre otra persona que llega de visita, porque la puede echar a

perder. Pues, gente que no sabe, hay personas que solamente quieren hacer maldad; llega y pide

la costura para verla y la empieza a juguetear, a mirarlo por todos lados, la vira y dice que está muy

bonita; y todavía más, se sienta en la silla un buen rato y luego se va. Como que no ha pasado nada.

Pero, después de unos días, la costurera le empieza un dolor de cabeza y no puede costurar

tranquilo, y si con todo eso trata de trabajar aunque se sienta mal, lo más seguro es que se echa a

perder la costura. Es que no se debe permitir manosear la ropa en confección.

Lo que ha pasado es que ya se ha provocado el mal viento del bordado y hay que hacerle el

k’eex, y lo debe trabajar un jmen. Este trabajo se hace así: se mata una gallina negra, y la bordadora

junta todos sus hilos, hilera, aguja, tijera, aro, la tela que costura y su silla. El jmen empieza con la

oración del ofrecimiento de la gallina negra y, durante la ceremonia, sacude el cuerpo de la mujer

con un ramo de sipiche’, para quitarle el dolor y todo el mal que siente. Después de este trabajo, al

día siguiente la mujer puede costurar otra vez tranquila, porque habrá quedado bien.

Por eso, las mujeres que lo saben se ponen a costurar en un rincón de la casa, para que cuando

llegue alguna visita, le dé tiempo de guardar sus materiales de costura, pues no debe mostrar a

nadie su costura y tampoco ofrecer la silla de trabajo a la visita; no es recomendable, hay personas

que pueden aprovechar para una malicia, lo mejor es usar otra silla. Todo lo que usa una mujer para

costurar no debe darlo prestado, así evitará una situación desagradable.

El 24 de junio, todas las mujeres que costuran deben de ir a una iglesia para prender velas en las

novenas por el día de San Juan, porque es el mero día que pasan las x-ajaw a ver si todas las mujeres

que costuran celebran el día o no. Dicen que toman la lista de todas las mujeres que se presentan

en la iglesia; y luego hacen la lista de las que no asistieron, y el día menos pensado las ataca un dolor

muy fuerte, es el mal viento de la X-Ajaw, por haber faltado a la iglesia a prender la vela.

Otra costumbre: si la mujer no terminó la ropa que costura para el día 24 de junio, dicen que hay

que ‘matar’ a la prenda para que no lo vea la X-Ajaw.

Para ‘matar’ la costura, se toma entre las manos, se le da vueltas y vueltas, y después se bota

encima del techo de la casa que debe ser de guano. En la tarde se baja y puede seguir costurándola;

no hay problema porque no lo vio la X-Ajaw, pues sólo pasa temprano.

 

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