¡Enrique! Te equivocaste cuando en mí creías haber descubierto un gran actor. Acepté tu oferta en la obra de Rodolfo Usigli, El gesticulador. Me costó mucho trabajo aprender las pocas palabras de mi papel, pero gracias a tu paciencia logré estrenarme como actor en el Teatro Peón Contreras en Mérida, como el gringo Mr. Bolton, que busca documentos sobre la Revolución Mexicana, algo no muy diferente a mi papel como antropólogo en busca de testimonios de los mayas vivos.
Vi varias de tus excelentes obras presentadas en los años 2009–2014 cuando ver, y ya no actuar, fue mi pasión. Nunca me volviste a ofrecer un papel. ¡Gracias!
Para hacer teatro, con tantos ensayos para solo dos o tres funciones ante cuatro gatos se necesita pasión. Y tú la tienes y por eso siempre me importaba más ser uno de los cuatro.
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