Antes que todo soy mexicano, y como parte de eso pertenezco al estado de Yucatán,
y por eso soy yucateco. Pero no puedo decir que soy más yucateco que mexicano, o más mexicano que yucateco, creo que soy ambas cosas.
Siempre he vivido en Yucatán, salvo el tiempo de mi educación preparatoria y profesional que estuve en Estados Unidos.
Para mí ser yucateco significa ser ciudadano mexicano nacido en el estado de Yucatán, y sobre todo pensar por en el bienestar de Yucatán y trabajar en su provecho. Hay yucatecos distinguidos trabajando por Yucatán, pero viviendo afuera del estado, y hay yucatecos que viven en el estado, pero que no contribuyen lo suficiente para desarrollar el estado. Entonces el yucateco no importa donde esté… más bien lo que importa es su actitud, su motivación y su esfuerzo para contribuir al desarrollo del estado de Yucatán.
Creo que cada estado tiene su orgullo natural, y esto es una cosa que se repite en todo la República. En todo el mundo existe un pique provincial. Y yo creo que es sano e induce a un mejoramiento en todos los aspectos que hay, es el amor a la propia camiseta. No lo veo como una cosa negativa.
Sí somos diferente los yucatecos a los mexicanos, pero al mismo tiempo esa diferencia, por razón de las comunicaciones, por razón de la globalización de los mercados, por los continuos viajes, cada vez son menos distintivas. Antiguamente estábamos aislados.
Sin embargo, todavía somos más provincianos que en otros partes de la República, somos muy localistas con respecto a nuestros gustos, a nuestras formas de ser, nuestras costumbres, nuestras formas de hacer negocios, nuestra moral, la forma de practicar la religión, la forma de formar la familia y hasta de hacer deporte. Nuestra vida se lleva a cabo diferente.
La calidad de vida aquí en Yucatán es realmente alta en comparación con el resto de la República. La criminalidad y actos vandálicos son reducidos. Hasta creo que nuestra vida política la hacemos diferente al resto de la República.
No creo que las diferencias estén desapareciendo. Precisamente la globalización hace que los mexicanos seamos cada vez más mexicanos. Y dentro de México somos más yucatecos, nos hacemos más yucatecos.
Con hábitos de consumo y formas de vestir, como de comportarse, cada vez hay tendencias más generalizadas de buscar su propia expresión. En vez de irse desarraigando las características yucatecas, se van a ir cada vez más firme y con más orgullo.
Lo que me gusta menos de los mexicanos que viven en o alrededor de la capital es su falta de franqueza, aunque gracias a Dios se está cambiando. En la provincia, tanto en el norte como en el sur de la República, somos más francos, más directos, no nos andamos con tanto rodeo. En México es muy difícil conseguir una respuesta clara, directa y concisa, la gente tiende a dar rodeos para dar su opinión. Es frustrante cuando uno tiene que perseguir algo. Y por el centralismo tenemos que ir tan seguido a México, y encontrar esta forma evasiva de la gente del DF. Posiblemente por lo difícil que es la vida allá, están acostumbrados a comunicarse en tal forma que realmente nunca se sabe si es sí o si es no. Siempre es: quién sabe.
¿Hay entre los empresarios yucatecos un sentimiento de estar unidos como yucatecos y formar un tipo de gremio yucateco?
Los yucatecos tenemos fama en el sureste de la República y en gran parte del país, de tener gran unión entre nosotros. Yo creo que hay un poco de mito en ese aspecto, y también hay una realidad. Somos mucho más unidos en relación con la defensa hasta terceros, que son otros estados del país. Sin embargo, entre nosotros mismos, como característica propia de los yucatecos, somos muy individualistas.
Entre nosotros nos diferenciamos, actuamos diferente, es difícil asociarnos unos con otros para motivos de negocios, por ejemplo, para formar una empresa, para cosas artísticas, o una empresa de sentido social. Pero ante otras nacionalidades o partes de la República, hay una tendencia natural de reunirse entre los yucatecos.
Los yucatecos resienten la influencia de los mexicanos, los uaches, ¿es cierto?
Yo creo que ese resentimiento se siente en todo los estados del país, aunque hay que decir que en Yucatán ese sentimiento es más antiguo, por el aislamiento que tuvimos. Pero se ve en todo el país que cada vez queremos más ser una República federal, manejarnos lo más autónomamente posible, por ser orgullosos de nuestras costumbres, de ser, y que nos dejen ser tal como somos. Creo que los yucatecos hemos sido punta de lanza en ese aspecto.
Creo que cada vez México está republicándose más. Las cosas buenas que aquí tenemos las debemos capitalizar. Y lo que no tenemos o lo que la naturaleza no nos ha dotado, no tenemos por qué tratar de sacarlo a la fuerza. Más vale capitalizar lo que es naturalmente nuestro y adquirir en la forma más conveniente lo que no nos da la naturaleza.
¿Qué puedes hacer para que en Yucatán se mejor vivir?
Yo creo que a diario estamos trabajando por eso. En el ramo empresarial nuestra responsabilidad principal es generar riqueza, para que haya empleo remunerado, que los empleados satisfagan sus necesidades y para proveer al consumidor con productos de fabricación locales que satisfagan necesidades y cumplan con lo convenido.
¿Cuál yucateco te ha inspirado más?
Aunque parezca un poco egoísta, el que me ha inspirado para lo que yo he hecho, no está lejos de mí. Es mi padre de quien aprendí lo que es el trabajo, la dedicación y la responsabilidad, la vida sobria dedicada a generar satisfactores adecuados.
¿Qué es lo que menos te gusta de Yucatán o de los yucatecos?
Y no mencionas el calor. Bueno en el caso nuestro el calor nunca es suficiente, si hubiera más calor pudiéramos vender más refrescos. El calor lo veo como un tributo y no como un defecto.
Entre nosotros mismos tenemos una satisfacción algo morbosa con respecto al daño los problemas que nuestros contemporáneos tengan. Tal parece que el éxito es una de las pocas cosas que no perdonan aquí en Yucatán. El mediocre parece ser mucho más popular y más bienvenido que quien decide salirse del carril, sea en la rama religiosa, de negocio, profesional, artística o lo que fuera. Es una característica que internamente es marcada y supongo deriva del tiempo en que la sociedad estuvo aislada… y por no tener influencia y competencia de afuera se competía en una forma muy fuerte… es un estado pobre con pocos recursos. Es la envidia.
¿Puedes visualizar un desarrollo económico regional en el sureste o en Yucatán?
Yo siento que la tendencia es al desarrollo regional. Y siento que en el sureste es donde más oportunidad hay. En el país actualmente esta región no ha sido aprovechada para el desarrollo, y lógicamente es donde más trabajo hay qué hacer.
Estamos viendo día con día una mayor colaboración, por ejemplo en la reciente reunión de los estados del Golfo de México y de Estados Unidos, donde estamos buscando alianzas regionales. Que estas economías regionales hacen a la República fuerte y sana. Yucatán ocupa un lugar geográficamente privilegiado, con un perfecto enlace para el Caribe, Centroamérica y Norteamérica. Todos los yucatecos estamos aprendiendo a aprovechar esa situación. Poco a poco estamos aprendiendo a aprovechar esa ventaja geográfica que tenemos.