Uno de los xocenenses con mucho conocimiento de las tradiciones es Fermín Dzib. Que mejor que sus palabras para describir por qué realizan la ceremonia del Ch’a’ Cháak:
“Estamos obligados a hacer la ceremonia del Ch’a’ Cháak, porque los antiguos, nuestros abuelos, decían: si no lo hacemos, seremos castigados. Por eso se hace cada año, para que haya cosecha para todo el pueblo de Yucatán y para que abunde la lluvia. Si no viene el dios Cháak con la lluvia, nadie va a vivir, ni los animales ni los pájaros. No logramos nada, no podemos vivir. Sólo por el producto del campo vive la gente. Porque no tenemos estudios, creemos más en la ceremonia de Ch’a’ Cháak. Si no lo hacemos, sigue haciendo sol sobre nuestras milpas. Y no habría cosecha. Hace dos años cuando se enfermó el j’men don Andrés, no pudimos hacer el Ch’a’ Cháak. Comenzó el santo sol ¡hermano!, no sembré mi milpa sino hasta el mes de julio. La ceremonia de Ch’a’ Cháak se hace para que los dioses puedan apreciar todo el trabajo que nosotros estamos haciendo por nuestras milpas y para que así en todo el pueblo de Yucatán haya cosecha; para que abunde la lluvia y que no haya escasez de cosecha. Eso es lo que nosotros queremos cuando estamos haciendo la ceremonia. Estamos llevando al dios Cháak a la mesa para que reciba el almuerzo, y para que haya más lluvia para nosotros. Nuestro Señor Jesús nos dejó al dios Cháak para darnos comida. Hoy no podemos verlo, porque cuando Nuestro Señor se fue al cielo, se fue también el dios Cháak, porque no puede quedarse con nosotros. No puede vivir con nosotros. Hoy únicamente viene en espíritu para recibir todo el sacrificio que ofrecemos. El dios Cháak es la persona principal que nos da comida, porque si no viene el dios Cháak con la lluvia, nadie va a vivir, ni los animales del campo ni los pájaros, porque no tendrían agua las sartenejas. Así, es la obligación del comisario de hacer la ceremonia del Ch’a Cháak cada año. Después de poner las semillas en la tierra se hace la ceremonia de Ch’a’ Cháak. (Fermín Dzib, 1981)”.