Menú

por Claudia Madrazo

La lengua es más que un sistema de signos que utiliza una comunidad para comunicarse oralmente o por escrito: es también la expresión, por medio de la palabra, de una forma de percibir, amar, contemplar y relacionarnos con el mundo; con el lenguaje expresamos pensamientos y sentimientos. Nuestra mente se esculpe con las palabras, sonidos, conceptos y significados que contienen los idiomas que hablamos; es gracias a ellas que nombramos lo que vemos, que escuchamos y sentimos el mundo de formas únicas.

Cuando nombramos las cosas y los fenómenos del mundo, comienzan a existir las formas de experimentar la realidad, las cualidades de nuestras relaciones y de nuestra vida interior y exterior.

Así, las metáforas y la transmisión de conceptos en lengua maya comunican la idiosincrasia y la filosofía de vida en la interacción continua entre lo que existe y lo que es posible en la concepción del cosmos de los mayas.

En frases de la vida cotidiana que se expresan en lengua maya podemos percibir y sentir la profundidad de su significado. Por ejemplo, el saludo «in láak’ech» significa en español «yo soy tu otro tú» o «mi compañero»; y «bix a beel», se puede traducir a: «¿cómo está tu sendero?» o «¿cómo van tus pasos?».

Una felicitación en maya o comunicar buenos deseos, es también un buen ejemplo de cómo esta lengua transmite la forma que este pueblo tiene de concebir la vida: «ki’imak óolal» o «xi’iktech yéetel uts» significan «que tu ser sea alegre» y «que te acompañe el bienestar», respectivamente.

En lengua maya, el pronombre posesivo «mi» no se usa en el sentido de pertenencia. Incluso para referirse a animales o cosas, se anteponen palabras, como «aalak’» y «o’och», que indican relaciones de afecto. Si, por ejemplo, se añade la «w» a esas palabras, se conjugan en primera persona. Así, al referirse a una mascota o comida, las expresiones «in waalak’ peek’» y «in wo’och waaj» tienen un significado más profundo que simplemente «mi perro» o «mi tortilla»; más bien se traducen a: «el perro es mi compañero» y «la tortilla es mi alimento». De esta manera denotan que estos son concebidos como un «alguien», y no como un «algo».

La cultura maya ha permanecido viva por más de dos mil años, aún existen más de setecientos mil personas que hablan la lengua maya yucateca; sin embargo, hoy, como la mayoría de las lenguas indígenas y originarias del mundo, va desapareciendo a gran velocidad.

Los relatos incluidos en este volumen, como otras obras literarias que se editan en lengua maya, nos abren una ventana para conocer y sensibilizar nuestros pensamientos sobre la riqueza que existe en esta cultura y la importancia de contribuir a conservarlas.

El  hecho de que el patrimonio cultural intangible desaparezca, representa una pérdida invaluable para la humanidad. Perder las lenguas originales es reducir y limitar las formas de percibir y pensar, de conservar y entender al mundo, y de expresarlo. Su desaparición significa destruir y reducir nuestra gran riqueza humana.

Este libro es una ofrenda para los mayas y para nosotros, sus lectores; Relatos divinos del Centro del Mundo es una obra que explica –a través de narraciones orales transcritas y traducidas– los orígenes, la identidad y la resistencia del pueblo de Xocén por conservar la trasmisión generacional de la cultura maya. Y forma parte de una serie de iniciativas para conservar el patrimonio cultural tangible e intangible de esta cultura arraigada en la península de Yucatán.

Estas narraciones –antes de ser indagadas con herramientas psicológicas, alegóricas, lingüísticas, gramaticales, entre otras– han de disfrutarse desde su sencillez y belleza rústica, sentados alrededor del fuego de los tiempos; porque son arte: de manera estética y comunicativa expresan ideas, emociones y, sobre todo, una particular visión del mundo. Son un fondo de conocimiento conservado desde una época remota y que da identidad a un pueblo.  

Nos emociona compartir esta selección de relatos, que, por alrededor de treinta años, los antropólogos Christian Rasmussen y Silvia Terán compilaron y documentaron de una de las comunidades mayas más tradicionales de Yucatán: Xocén, el Centro del Mundo.

Xi’iktech yéetel uts (Que te acompañe el bienestar).

Más Capítulos