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2. El libro sagrado de Xocén

El libro sagrado de Xocén

Contando por muchas personas de Xocén

Muchas personas en Xocén cuentan que en su pueblo había un libro grande y grueso en el que están escritas muchas cosas.

Es un libro natural porque nadie lo hizo. El libro, por sí solo, va volteando sus hojas. Cada día se abre una página, y si alguien le da la vuelta intencionalmente, el libro sangra porque está vivo. Mide 1 m x 1 m y está escrito en maya.

Este libro lo prestaron una vez a Valladolid, y lo devolvieron. Luego lo prestaron a Chichimilá y también fue devuelto. Pero después los de Valladolid lo solicitaron nuevamente, y ya no lo regresaron. Dicen que de Valladolid lo llevaron a México, y allá fue mostrado a los gringos, quienes se lo llevaron.

Por eso los gringos han inventado los aviones, los ferrocarriles, los satélites, los cohetes, los relojes, las computadoras y toda la tecnología moderna, porque todo está escrito en ese libro.
En el Libro hay un plano en el que se ve que Xocén tiene un tamaño de siete leguas a la redonda, y siete cenotes, que son los únicos que no se van a secar cuando no haya agua en el mundo. Por lo tanto, en el fin del mundo, cuando toda la Tierra esté ardiendo, la gente se congregará en Xocén –Centro del Mundo–, para tomar agua de la única fuente de vida.

Cuando el expresidente Salinas de Gortari visitó Xocén, en octubre de 1990, la demanda más importante de los xocenenses fue la búsqueda de su Libro Sagrado. El expresidente comisionó para realizarla al entonces jefe del INI (Instituto Nacional Indigenista), el antropólogo Arturo Warman. Un año y medio después, en abril de 1992, el Libro aún no había sido encontrado por las autoridades, pero la señora Dulce María Sauri, gobernadora de Yucatán de entonces, aseguró, durante una visita al pueblo, que se sigue buscando, e inauguró un centro de investigaciones en Xocén, que estaba comprometido con su búsqueda.

Después de dos años de trabajo que involucró a jóvenes y viejos sabios del pueblo, y de visitas a muchos pueblos en el oriente de Yucatán, se presentó en Mérida al entonces presidente Salinas, durante su última visita al estado, en 1994, el resultado del trabajo. En la prensa el hecho fue presentado como si hubieran encontrado el Libro Sagrado de Xocén. Cuando los xocenenses leyeron y escucharon por radio esta noticia, se sintieron engañados, porque, se preguntaban, ¿cuál Libro Sagrado? Lo que habían entregado a Salinas no había sido más que un libro chico escrito por gente del mismo pueblo, que describía las costumbres de Xocén y otros pueblos, y no tenía ninguna apariencia con el verdadero Libro Sagrado de Xocén, de un metro por un metro y que se abre solo…

La gente de Xocén estaba furiosa, y cuando regresó la responsable de la investigación, la encarcelaron, y, después de un juicio público, fue expulsada del pueblo.

¿Y el Libro Sagrado? Todavía no ha regresado a su pueblo. “¡Pero algún día vendrá!”, exclama la gente de Xocén, el Centro del Mundo.

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