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En las ciudades, el antiguo terno que usaron las mujeres mestizas para definir su identidad fue paulatinamente sustituido por el vestido occidental. Actualmente, las mismas modas que imperan en otras partes del mundo se han impuesto en Yucatán, no sólo en el marco urbano, sino entre los y las jóvenes de las comunidades. Sin embargo, el terno se ha conservado hasta nuestros días como vestido de lujo.

Las glorias de antiguos tiempos todavía se lucen en ocasiones especiales, como la famosa “noche regional” del carnaval meridano. Mujeres de todas las edades, de las clases medias y bajas, de las escuelas y comparsas vecinales, desfilan con sus ternos, al tiempo que en clubes elegantes las muchachas pudientes lucen sus elegantes y carísimos ternos. Además de los bailables de jarana que adornan los festejos escolares y los eventos políticos, y en los que los ternos constituyen el adorno más llamativo, es muy frecuente que incluso las funcionarias del gobierno porten trajes regionales.

Así, no hay familia yucateca de la clase media y alta que no posea ternos de hilo contado. Aunque los ternos bordados a máquina también son apreciados, elegantes y llamativos, su prestigio nunca se iguala al de uno de hilo contado. Por eso, los ternos de hilo contado, son “la crema y nata’’ de este atuendo. Las mujeres de clases menos pudientes frecuentemente “prestan” o rentan los ternos de hilo contado y a veces hasta los de máquina.

Además del terno, el hipil también se usa entre las mujeres urbanas, pero con variantes que reflejan su ideología y sus posibilidades económicas. Las mujeres maduras de las clases altas son muy proclives a usar hipiles de hilo contado y sólo usarán uno de máquina si está bordado en blanco y de preferencia con dibujos rejillados o calados.

Las señoras urbanas de la clase media no acceden tan fácilmente a los hipiles de hilo contado y se conforman con los bordados a máquina, pero en blanco o colores pastel. Ellas no comparten el gusto “mestizo” por el color que provocaría una confusión de estatus.

A pesar de la modernización, el uso generalizado del hipil obedece en parte a que es apropiado para el clima por la tela, el diseño y el color; por otro lado el hipil responde a los cambios en las modas occidentales con lo que se ha modificado el ancho, el largo, los colores, los motivos y el ancho de los dibujos de acuerdo con las influencias, adquiriendo de este modo modernidad.

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