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Jinetes del cielo maya

Dioses y diosas de la lluvia

Jinetes del cielo maya, dioses y diosas de la lluvia

En las tres ceremonias de lluvia que hemos presenciado en Xocén, advertimos la mención de los dioses y diosas y entes/seres sobrenaturales que enlistaremos en este apartado. Todos son invitados a la ceremonia y convivencia con los milperos, porque todos tienen un papel, directo o indirecto, en la procuración de lluvia.

En la lista más adelante están organizados de acuerdo con criterios establecidos por nosotros, con base en nuestras observaciones, por grupos y variantes, de origen maya o español. Pero, como hemos mencionado, esta clasificación no existe en el pensamiento de los xocenenses.

En el panteón maya xocenense, la mayoría de dioses y entes sobrehumanos son de origen prehispánico, como sus habitantes. Algunos de ellos reflejan la característica cuatripartita que tuvieron muchos de los dioses antiguos, cada dios desdoblado en cuatro partes, cada una asociada a una de las cuatro direcciones. Actualmente, sólo algunos tienen esta característica.  Invertiremos el orden de exposición, según la jerarquía religiosa, y comenzaremos con los seres sobrenaturales. Después pondremos a las divinidades y en último término a los Cháako’ob, con el fin de extendernos ampliamente en esta parte para presentar toda la información relativa a los dioses y diosas de la lluvia.

Los entes que mencionaremos a continuación no tienen estatus de dioses, pero sí tienen poder. Entre ellos hay algunos con mayor importancia, como los guardianes de los montes o K’anaan K’aaxo’ob, los de la tierra o Me’etan Lumo’ob, los de las venas de agua o K’anaan Sayao’ob y los vientos o Iik’o’ob. En cambio, los sepos, los balames, santos winikes y aluxes, aunque importantes, no lo son tanto como los del primer grupo, pues su vigilancia es puntual y no de áreas más extensas, como el caso de los otros.

Guardianes de los montes (Me’etan K’axo’ob) y de las milpas

El ‘Dueño del Monte’ es K’anan Ka’ax o Yum Ka’ax. Se considera que es el que cuida el ‘monte’, nombre regional para denominar a la vegetación. De acuerdo con los xocenenses, también cuida a los pájaros. Pero al igual que Cháak, se desdobla en cuatro guardianes en los cuatro puntos cardinales, quienes a su vez comandan a miles de guardianes en los montes. Éstos, por lo general se nombran de acuerdo con los cenotes o cuevas que circundan, que también tienen, cada uno y una, sus guardianes.

Redfield y Villa Rojas (1967:115) mencionan a los kuilo’ob kaaxo’ob como deidades del monte” del Chan Kom de los años treinta. Son dueños de los árboles, y por lo mismo, están relacionados con la agricultura[1]. Posteriormente, Villa Rojas (1978), en su estudio realizado en Quintana Roo, los define de manera semejante, y añade que residen en las cuevas o junto a los cenotes de los montes que tienen a su cuidado, esto coincide con la información de Xocén. También Villa menciona que se denominan canan–kax. En Xocén igualmente se les nombra de ese modo, pues me’etan y kanan son sinónimos[2].

Yucatán es un territorio de vegetación tropical, donde la velocidad de los ciclos nutrientes —debido a la humedad y al calor— es alta y produce suelos pobres, debido a que la vegetación los capta rápidamente (Nye y Greenland, 1960). Eso da como resultado que la fertilidad se encuentre en la vegetación y no en el suelo. Por ello, la vegetación es el elemento esencial de la agricultura, de ella depende la fertilidad de un terreno. La importancia de la vegetación se refleja en el papel que desempeñan Yum K’aax y sus guardianes en la mentalidad de los xocenenses, ya que ellos son los dueños de los montes y a ellos hay que pedirles permiso para tumbarlos y sembrar (Terán y Rasmussen, 1992: 261-262).

En el siguiente listado se mencionan los 69 guardianes invocados durante una ceremonia de Ch’a Cháak en Xocén. Todos los nombres, durante la invocación, son antecedidos por el apelativo Me’etan, ‘guardián’. En una lista, publicada en La milpa de los mayas (Terán y Rasmussen, 1994), registramos 114 nombres de cenotes, por lo cual suponemos que la lista de Me’tan K’axo’ob que cuidan los terrenos de los montes circundantes a Xocén y que a continuación aparece, no está completa:

  1. Yumen
  2. Chúumuk
  3. Noj K’ankab
  4. Ch’och’ola’
  5. Ch’omaki
  6. Xk’anja’i
  7. Chak
  8. Mulsay
  9. X’iiki
  10. X’us
  11. Xtooji
  12. Chunáaki
  13. Booji
  14. Xje’ele’che’
  15. Xkrus Jaltun
  16. San lorenzo
  17. Ma’axtun
  18. Kauich
  19. Chawa’
  20. Marian
  21. Akaábch’e’en
  22. Tsaajun Che’en
  23. Pom
  24. Xjalin
  25. Sil Balam
  26. Ak’ab Ch’e’en
  27. Yo’pita
  28. Ch’inchúuk
  29. Ts’oyol
  30. Kusam
  31. Ts’iit Oox
  32. San José
  33. K’ax
  34. Xa’mula’
  35. Baaj
  36. Ts’its’ilche’
  37. Akan Kuum
  38. Xa’amula’
  39. Xkayil
  40. Anab
  41. Chan Ts’ono’ot
  42. K’axab
  43. Ts’aats’
  44. Xweech
  45. Kawich
  46. Sajumal
  47. Ak’abch’e’en
  48. Chanch’e’en
  49. Suytun
  50. K’anto’
  51. Xkumi
  52. Xla’kaajch’e’en
  53. Sakiabil
  54. Chan Sepo
  55. La’kajche’en
  56. Noj Bu’utun
  57. Xkeen
  58. San Antonio
  59. Xch’ich’
  60. Panabá
  61. San Pedro
  62. San Ramón
  63. Xke’emi
  64. Chak Baak
  65. Luch Ja’abin
  66. Xpuukil
  67. K’ankabch’e’en
  68. Xts’iits’il
  69. Xtsim

En las oraciones, después de invocar a los dueños de los montes, invocan a los ‘santos’ de esos mismos montes, a los cuales denominan ‘Santun’, pues no son como los santos cristianos. Afirman que es una forma de referirse a los mismos ‘guardianes de los montes’, pero pareciera que, en realidad son otros entes, aunque vinculados específicamente a los montes que tumban los milperos y a los cuales invocan, posiblemente, porque los ‘santos’ son los que cuidan a los hombres (R. 5 y 6).

 

Dueño y guardianes de las venas del agua o Kanan Sayabo’ob

En Yucatán, una de las configuraciones kársticas[1] más importantes son los ‘cenotes’ o dzonot en maya, que son pozos naturales (Reddel, 1977; Isphording, 1975). Para los mayas éstos son vitales, han sido la fuente tradicional para la obtención de agua. A través de ellos se accede a los mantos freáticos. No es de extrañar, entonces, que de acuerdo con la cosmovisión de los mayas de Xocén, cada uno de estos pozos tenga un cuidador o guardián, comandado por un dueño que se cuadruplica hacia las cuatro direcciones del mundo, igual que los chaques y los guardianes de los montes. Lo que llama la atención es que casi no hayan reportes previos de la existencia de estos entes en otros estudios que hemos consultado[2].

En los montes de Xocén existen tantos cuidadores de venas de agua como cenotes. Todos son convocados al Ch’a Cháak con particular interés, porque ellos pueden facilitar o dificultar a los Cháako’ob, el uso del agua de los cenotes a su cargo, según como hayan sido tratados por los humanos en la ceremonia de rogación de lluvia. Una de sus funciones es quitarle lo salado al agua proveniente del mar, refiere el h’men Alfonso Dzib.

Una diosa muy importante mencionada en los rezos de Xocén es Xki’ichpan Ko’olebil Kanan Yabei Noj Sayab, que quiere decir ‘Hermosa virgen Guardiana de las Llaves de la Mayor Fuente de Agua’ (ver R.59). Esta diosa tiene las llaves de los cenotes para regar y se relaciona estrechamente con San Miguel Arcángel, Guardian de la Mayor Fuente de Agua (ver el apartado sobre San Miguel Arcángel) y con San Roque. También se coordina con la virgen denominada en maya X’Ko’olebil Kalan Ox Xlajun Munial o Virgen Guardiana de las Trece Nubes, quien abre las llaves del agua celestial (R.12).

La diosa X’Ko’olebil Xmajan Tun Maben (R.54) es considerada una de las que decide cuánta agua se le permite sacar a cada Cháak. Ayuda a los chaques a cuidar los terrenos, las hortalizas, las milpas y es hermana de la virgen X’Kanul Era y de la virgen X’Kanan Peten (R.31), cuidadora de las eras y de las regiones, respectivamente. Las tres son diferentes, aunque hermanas, pero son la misma diosa, como el caso de las diosas de las nubes, que veremos en el apartado sobre las diosas de la lluvia.

Aunque en los rezos del presente libro no aparece la figura del Kanan Sayab de Chocholá, en otras ocasiones se ha visto que le ponen una silla especial porque dicen que de allí sale buena parte del agua para regar (Terán y Rasmussen, 1994: 135).

Ya comentamos que en el libro citado, registramos, de acuerdo con el j’men oficial de Xocén, que dirige tan importante ceremonia, la invocación a 114 Kanan Sayao’ob, o cuidadores de venas de agua en el orden que sigue el j’men que está relacionado con el tamaño e importancia que el agua de los cenotes mencionados, tienen para la lluvia. A continuación reproducimos el listado* de guardianes de los cenotes (Kanan Sayao’ob) de Xocén:

  1. Ch’ochol
  2. Boge’
  3. DzanTunch’en
  4. Xmuldsail
  5. Xchaak
  6. Xkanhail
  7. Xusi
  8. Sak’achichen
  9. Xholi
  10. Xaxunt
  11. Xcohu
  12. Xchomakil
  13. Tamchumu lu’um
  14. Noh Cancab
  15. Xpikis
  16. Xix
  17. Xtoji
  18. Chumakix
  19. Jeleche
  20. Xcruz jaTun
  21. Xcajumin
  22. San Lorenzo
  23. Xmax Tun
  24. Xcawichi
  25. Chau
  26. Xmariani
  27. Xababch’en
  28. Pom
  29. Jalil
  30. Hoymi
  31. SilBalam
  32. Cisal Chen
  33. Yopita
  34. Kimchuch
  35. Cuzamil
  36. Dzit o’ok
  37. San José
  38. Xkak
  39. Xamulac Xba
  40. Dzidzilche’
  41. Xacancum
  42. Xamulac Xcayi
  43. Xbaanab
  44. Chandzonot
  45. Xbaxa Dzatz
  46. Xuwechil Xcacwi
  47. Sajumal
  48. Xcancab ch’en
  49. SayTun
  50. Ka’anto
  51. Xkirimi
  52. Xla ch chen Zacyavi
  53. Chan chen Xlaca
  54. Noh buTun Chich
  55. Panaba
  56. Santa Juliana San Pedro
  57. San Roman Xkeni
  58. Xcach bazdzail
  59. Xloh javin
  60. Xpujil
  61. Xbaancab cheen
  62. Xcisil
  63. Xchim
  64. Xku sap Xyaxha
  65. Noh sajum
  66. Akab cheen
  67. Sisvik
  68. Dzab layi Poop
  69. Jun lu kun Suy kak
  70. May pilas Sitio
  71. SalTunich Xuuch
  72. Xcuah
  73. Wentenah Azonteh Xqueen
  74. Leva media Xzacahu
  75. San Francisco
  76. Jun la kul Xnuc va
  77. Dzabcallil Xcanlal
  78. San Luis
  79. Buenaventura
  80. San Marcos Xiquiche
  81. Akab cheen
  82. Arroba koop
  83. Xcak pat Dzadz
  84. Xpoot cab
  85. Xtom cho
  86. Xcan Jaaz
  87. Sodzil Vadzil
  88. Noh sepo
  89. Chan sepo
  90. Maja nayi
  91. Sisvic

*Este listado fue tomado del libro La Milpa de los Mayas, de Terán y Rasmussen, 1994:124.

Vientos o Iik’o’ob

Thompson (1987:329–332) habla de los dioses del viento, pero advierte que en Yucatán, Quintana Roo y Belice, da la impresión de que “…se dirigen a los vientos primordialmente como a personificaciones de la naturaleza y no como a dios por derecho propio” (Ibid:330). También observa que en algunas partes se cree que los dioses de la lluvia mandan sobre los vientos, como ejemplo propone el caso de Chan Kom, reportado por Redfield y Villa (1934:164). Estos dos señalamientos permiten ubicar lo que hemos observado en Xocén, aunque hay que aclarar que en Xocén hay varias clases de vientos que se clasifican como sigue:

  • Buenos vientos. Están asociados con las lluvias, se mueven en concordancia con los dioses de la lluvia y vienen por orden de Dios (ver apartado 12 relativo a los vientos, en la descripción de la ceremonia).
  • Vientos malos. Surgen de los movimientos rápidos de los dioses, llamados choko yóol.
  • Vientos peligrosos, fieros y temibles. Están asociados con ciertos montes, tierras, cuevas y cenotes (R.14, 15 y 16).
  • Ik’al es el viento de huracán que no viene por orden de Dios, sino por el caballo flaco del dios Cháak, de acuerdo con Rel.1.

En las invocaciones del Ch’a Cháak se entregan ofrendas a los distintos tipos de vientos. A los asociados con los montes, tierras, cuevas y cenotes, se les pide que no obstaculicen el paso de los regadores y les permitan realizar sus tareas sin problema. Para conjurar los vientos malos, que surgen del movimiento de los dioses, hacen limpias a todos los asistentes al Ch’a Cháak al finalizar la ceremonia (R.82, 83, 84, y 85).

Es bastante probable que en la época prehispánica, los vientos buenos portadores de lluvias fueran considerados dioses. El hecho de que sean considerados supeditados a los chaques, quizá sea un fenómeno relativamente reciente.

Los Vientos Buenos son siete y se mencionan a continuación:

Vientos enviados por Dios y asociados a las lluvias
Vientos enviados por Dios y asociados a las lluvias

 

Vientos negros, fieros, raros y temibles mencionados en Xocén
Vientos negros, fieros, raros y temibles mencionados en Xocén

 

Guardianes de los pueblos y milpas, Yum Balam o Balamo’ob

Los Balames son cuidadores de los pueblos que también se presentan en forma cuatripartita. Se cree que a la entrada de cada pueblo hay un Balam y en el centro puede haber un quinto Balam. Balam significa ‘jaguar’, sin embargo, los xocenenses no les confieren una forma definida, más bien los conciben similarmente a los otros seres sobrenaturales, como ‘vientos’. Al igual que los otros guardianes, también existen muchos Balames, tantos como pueblos y milpas se encuentran, pues también cuidan de estas últimas, por lo que hay uno en cada esquina. En su papel de protectores de milpas deben facilitar las labores de los regadores, por eso son convocados durante el Ch’a Cháak.  Varios investigadores hacen mención de los Balam o’ob. Brinton, en un estudio sobre el folklore de Yucatán en el siglo XIX, reporta la existencia de creencias en Balames. Señala que éstos se hacen cargo de los pueblos, son invisibles, si alguien los ve, se enferma. De noche están despiertos y previenen accidentes. Se avisan cosas unos a otros se dan alerta por medio de chiflidos y luchan contra las fuerzas malignas que pretenden atacar a los pueblos. También protegen las milpas, y a veces se llevan a niños. Quien los ha visto, afirma que son viejos con barbas. Brinton los identifica con los Pahuactunes, con los Bacabes y con los Chaques (Brinton, 1976: 25-29).

A diferencia de los xocenenses, que no consideran dioses a los Balames, en el Chan Kom de Redfield y Villa, sí son concebidos como divinidades. Los que protegen las milpas se denominan Balam Col o Canan Erao’ob y los que resguardan los pueblos son llamados Balam Cab o Canan Cabo’ob. También se les llama Nucuch Uincob o Nucuch Macob. Se les imagina cumpliendo las mismas funciones mencionadas en Xocén: protegen al pueblo de animales y de vientos malos. Corren a los atacantes con puntas de silex o de obsidiana. El j’men, al hacer la ceremonia de Loh Cab o limpieza del pueblo, utiliza las puntas de esos materiales, que se encuentran en los montes, para enterrarlas en cada una de las cuatro esquinas del pueblo. También se entierran en las casas nuevas al llevar a cabo la ceremonia para solicitar la protección del cuidador del solar, que es un Balam. Si los Balames lloran de noche, significa que alguien morirá y si se roban niños, pueden devolverlos o no, depende de la circunstancia. Los idiotas son considerados ‘niños del Balam’, pues se cree que quedaron así por ver a uno de ellos. La gente tiene que hacerles ofrendas para no recibir enfermedades. Quienes se atreven a robar en una milpa, caen enfermos por acción del Balam (Redfield y Villa Rojas, 1967:113-114).  En estudios realizados en Quintana Roo, Villa Rojas confirma la información recogida en Chan Kom por él y Redfield, en relación con los Balames (Villa Rojas, 1978: 189).

Santo Winik o Winiko’ob

Los Santos Winiques son, de acuerdo con los xocenenses, cuidadores de las personas, parecidos a los ‘ángeles de la guarda’. Ya hemos mencionado que, según registros hechos por Thompson, los Balames y los Santos Winiques, llamados Nukuch Uinic o Nucuch Maco’ob, eran lo mismo. Sin embargo, en el concepto de Xocén, se observa que el Santo Winik es más personalizado que el Balam. Digamos que los Balamo’ob cuidan a los pueblos y los Santo Winiko’ob a las personas. Ésos también son invitados a la rogación de la lluvia porque son acompañantes de los hombres que circulan por montes y milpas y pueden colaborar o interferir en el proceso de riego.

Sepo Kajo’ob y La’kajo’ob

Estos entes son guardianes de un rancho, solar o milpa. Se materializan frecuentemente en forma de piedras o lajas grandes. Sólo en Xocén hemos tenido noticia de la existencia de dichos personajes sobrenaturales. Entre éstos pueden existir algunos con especial poder como es el Xmajan Najil. Este ser es un La’kaj que tiene mucho poder y al que se refieren con especial atención en los rezos del Ch’a Cháak de Xocén, como puede constatarse (R.12 y 18). Dicen que en una ocasión, uno de los jóvenes j’menoob, participante en la ceremonia, se olvidó de dirigir el rezo a este personaje durante la mañana del primer día. En la tarde, afirman que llegaron alrededor de 5,000 mariposas xmajanás como señal de su poder. Al ver que todas revoloteaban en el lugar donde se hacía el rezo, inmediatamente comenzaron a orarle al Xmajan Najil y a ofrecerle su comida. Las mariposas se calmaron y se posaron en el suelo y vegetación circundante. Al día siguiente, al salir el sol, en fila, una tras de otra, se retiraron del lugar. Con ese milagro quedó demostrado el enorme poder del La’kaj, y desde entonces se le reza con especial cuidado.

Aluxes, Aruxes o Aluxo’ob y Aruxo’ob

No creemos que existan entes más populares que los aluxes o aruxes, entre todos los entes sobrenaturales yucatecos. En todos los pueblos se cuentan historias sobre ellos. Muchos investigadores han reportado creencias relacionadas con aluxes.

Son pequeños hombres o duendecitos que cuidan las milpas de manera personalizada. Como los ‘lacajes’ o ‘sepos’, tienen el poder de materializarse en piedra o barro. Cuando encuentran algún ídolo prehispánico, aseguran que se trata de un alux. Tienen mucho poder y son muy exigentes. Es preferible no hacer pactos con ellos, pues de hacerlos, es necesario respetarlos cuidadosamente, porque si no se realizan del modo establecido, pueden hacerle mucho daño a quien haya solicitado sus servicios. En ciertas ocasiones se les llama Kat, que significa ‘barro’, quizá por la creencia de que su espíritu se introduce en los ídolos antiguos.

Brinton (1976) se refiere a unos seres denominados h –lox katob ‘los hombres de barro’. Redfield y Villa, con toda razón comentan que los Aluxes de Chan Kom, son los mismos personajes que menciona Brinton. Ellos los refieren como espíritus que viven en los ídolos de barro, traviesos y malévolos. Si se les ofrece sacá, que es el pozole de los dioses, pueden ayudar a cuidar las milpas, pero no son muy buenos (Redfield y Villa Rojas, 1967: 119-121).

Villa Rojas, con base en sus estudios efectuados en Quintana Roo, define a los aruxes o aluxes, como duendes que andan por milpas y montes haciendo travesuras para que les regalen su comida. Si no consiguen sus deseos pueden dañar la milpa o causar enfermedades a sus dueños. Si se les da comida, ellos cuidarán del maizal. Generalmente circulan por los montículos donde hay cerámica de los antepasados y parecen niños. Portan alpargatas, escopeta, sombrero y se hacen acompañar de un perro (Villa Rojas, 1978:296297).

 


[1] Thompson menciona su existencia (1987:353), pero los denomina Kuil kaxob, ‘dioses de la selva’ sin referir su fuente, aunque es altamente probable que haya tomado los datos de los libros de Redfield y Villa Rojas (1967) y del de Villa Rojas (1978). Sugiere que el nombre usado por Brinton: Yum Kaax, ‘señor de la selva’, es un sinónimo del mismo grupo de dioses (Ibid: 353) y discrepa con Brinton en la identificación que hace de Yum Kaax como “señor del maíz o de las milpas” (Ibid: 350), con lo cual estamos de acuerdo.

[2] Thompson (1987:386-87) creía que las deidades que recibían el apelativo canan eran diferentes a otras. Por ejemplo, en el grupo de deidades denominadas canan, menciona a Canan Kaax como ‘Guardián de las Selvas’ y no lo asocia con Yum Kaax, del cual habló en páginas anteriores.

[3] El karst es un tipo de paisaje que se forma en regiones en los que el carbonato de calcio constituye el componente principal del sustrato (Robles Ramos, 1958). Otros rasgos kársticos de Yucatán son las cuevas, las rejolladas, las sartenejas y los chultunes.

[4] Sólo en un estudio que publicó la Dirección General de Culturas Populares, de Mariana Gabriel, de 1982, en la p. 30 menciona a los ‘kan-áan zayab’, cuidadores de los cenotes.

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