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Jinetes del cielo maya

Dioses y diosas de la lluvia

Jinetes del cielo maya, dioses y diosas de la lluvia

Nos referiremos en este apartado a los dioses, diosas y seres sobrenaturales invocados durante la ceremonia para solicitar la lluvia, en el poblado de Xocén.

Como podrá verse en los cuadros más adelante son muchos los invitados, muy seguramente la mayoría de los personajes divinos y sobrenaturales con los que tienen trato los xocenenses. Pero no son todos, ya que hay otros entes que no aparecen en los rezos, como el ‘dueño del ganado’ xhuan thuul, o como zip, el ‘pastor de venados’, por dar unos ejemplos.

En el panteón del pueblo de Xocén, existe una interesante convivencia entre dioses y seres sobrenaturales de la religión prehispánica, que han sobrevivido desde tiempos anteriores a la conquista y de entidades divinas católicas como Dios Eterno, Jesucristo, las vírgenes y los santos y santas, introducidos por los conquistadores españoles.

Los ‘altos’ y principales dioses mayas, fuertemente identificados con las clases dominantes, fueron aparentemente erradicados por los frailes españoles. Sin embargo, al menos los chaques y chacas de mayor rango —los que se encuentran en las cuatro esquinas del mundo y las diosas munial que controlan las nubes—que aún perviven en el imaginario de Xocén, parecen identificarse con las elites en la antigüedad, no sólo con los campesinos, ya que la lluvia era indispensable para todos, aunque seguramente los chaques masculinos y femeninos trabajadores y trabajadoras, de menor jerarquía, sí están fuertemente identificados con los campesinos de uno y otro sexo. Asimismo, es probable que Yum Kaab’ ‘el dios del mundo’ y su compañera la virgen Kolebil MuxuunKaab’, ‘la diosa del mundo’, por su elevada posición, también fueron dioses identificados con las elites en la época anterior a la conquista2. Finalmente, San Miguel Arcángel también parece descender de un dios de alta jerarquía, como veremos más adelante, en este apartado.  Junto con los dioses mencionados, otros dioses menores y entes relacionados con la vida cotidiana en las casas, en los solares y en las milpas, sobrevivieron a la evangelización y viven pacíficamente —se puede decir que como una gran familia—, con las divinidades católicas importadas por los españoles.

Es relevante notar que para los xocenenses participantes en la ceremonia de lluvia no hay una separación entre dioses mayas y españoles. Todos son parte de una sola ‘familia’. Es como una ‘familia’ en la que el padre Dios eterno cristiano se encuentra en la cúspide aunque hay que admitir que a veces se confunde su puesto con el Yum Kaab’. Como él no puede atender todos los asuntos, tiene a su servicio varios ‘funcionarios’ y ‘funcionarias’, cada quien con su área de trabajo y obligaciones. San Miguel Arcángel —un santo con nombre cristiano, pero seguramente con funciones de origen prehispánico—, junto con la virgen Celadora de la Fuente Mayor de Agua —virgen prehispánica—, son quienes controlan el agua y le indican a los Cháako’ob —de origen prehispánico— cuándo regar. Cuentan con el apoyo de la Virgen Verónica —que no es otra que la Virgen María—, pero ocultando su nombre para que Poncio Pilatos, quien la busca, no la encuentre. Su manto simboliza y trae las nubes del cielo.

Aunque la mezcla de personajes prehispánicos y cristianos refleja un claro sincretismo religioso, la forma como se concibe la creencia en torno a la lluvia es de un evidente origen prehispánico. En ese sentido, dicho sincretismo representa la continuidad de un sistema cultural cuya lógica se remonta a tiempos anteriores a la conquista. Tal sistema incorporó elementos del cristianismo a su racionalidad, cimentada en la milenaria agricultura milpera, que se conformó como respuesta a la alta pedregosidad del permeable suelo calizo y al variable régimen pluvial.

Es probable que algunos santos católicos hayan sido incorporados —al menos al principio de la conquista espiritual lanzada por los españoles hacia los mayas— para ocultar algunos dioses, y que a través del tiempo acabaron por sustituir al dios o, duplicando funciones. Recordemos, por ejemplo, el regocijo del cura de Yaxcabá al escuchar que los cuatro PabahTunes (o chaques, diríamos nosotros) también tenían nombres de santos. Asimismo, creemos probable que en Xocén, la Virgen María o Virgen Verónica, cumple funciones semejantes a los de la diosa Ko’olebil Kalan Oxlajun Munial y probablemente las dos primeras surgieron para ocultar a esta última3.  Nuestra división entre divinidades ‘católicas’ y ‘mayas’ obedece a un concepto occidental y académico. Entre las primeras ubicamos a personajes introducidos por los españoles, y entre las segundas, a las que claramente tienen nombre maya, pero ya vimos que, en realidad, en algunas deidades no es tan preciso este concepto. Una clasificación adecuada requeriría de una investigación.

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