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El diario de María en el tiempo de corona virus

María Jesús Dzib Citul
Christian H. Rasmussen

Viviendo en el tiempo de la Covid-19

Diario de doña María Dzib Citul, escrito en tiempos del coronavirus en Xocén, Yucatán, del 19 de marzo de 2020 al 15 de junio de 2021.

4 de agosto 2020

Todo mundo pierde la cabeza por el Covid-19, ya que si no los mata el virus se mueren de hambre. Aquí la gente no entiende a la buena. Es por eso que no salimos de esta enfermedad y luego cuando se enferman ahí sí se quejan.

A mediados de marzo de 2020 el coronavirus puso en jaque a todo el mundo. Por primera vez en la historia de la humanidad todos fuimos atacados y amenazados, luchando contra un solo enemigo: el SARS-COV2, que provoca la enfermedad llamada Covid-19. Fue jaque, pero no jaque mate.

Cuando empezó la pandemia me llegó un diario que, como dice la palabra, día a día cuenta lo que pasa por los ojos de su autora. Doña María vive en un pueblo chico, de los que hay cientos en Yucatán. Me pareció que sería interesante para otras personas leer el escrito que concentra las reacciones de esta señora, su familia y vecinos, ante la amenaza. Y ver cómo cada uno en el pueblo navegó con sus problemas sobre el mar picado, para al fin llegar a una playa de salvaguardia cuando las vacunas comenzaron a aplicarse ¡jaque mate! a la Covid-19. 

9 de mayo 2020

Es rara la vez que yo tenga chance de acostarme durante el día, pero me gusta mi vida y todo lo que hago y tengo, estoy muy agradecida con Dios por todo lo bueno y malo que ha pasado.

Así se caracteriza doña María, autora del informe de su pueblo. Es ama de casa, con todo lo que ello implica en cuanto a trabajo, preocupaciones, alegrías y sueños realizados y frustrados. 

Doña María egresó de la secundaria hace diez años y lamenta no haber podido continuar sus estudios. Su familia carecía de recursos económicos y estudiar “no era para mujeres, porque se casan y se desperdicia lo gastado”. Hasta el fatal marzo de 2020, doña María nunca había escrito más que las pocas palabras de los mensajes de WhatsApp dirigidos a su esposo y sus amigas. Pero ante “la clausura del mundo” decidió dejar su testimonio. Empezó a escribir extensa, variada y detalladamente tanto en su lengua materna, la maya, como en español.

Lástima que no haya podido terminar sus estudios porque sus textos me hacen pensar que podría haber sido una excelente antropóloga investigadora. De hecho, lo es, aunque sin título.  Sus textos describen en una forma muy personal la vida cotidiana, con sus problemas, tareas y observaciones en el pueblo. Toca bastantes temas antropológicos como son las relaciones familiares, costumbres y creencias, y los roces políticos y administrativos con las autoridades locales y federales. Además, aporta una amplia gama de comentarios acerca de cómo el coronavirus ha marcado la vida en su pueblo. 

Por lo general, los estudios económicos, sociológicos y antropológicos de los pueblos son hechos por personas que no son de la comunidad y que, en consecuencia, reflejan una mirada desde afuera. Hay que admitir que esto tiene también sus ventajas, porque a veces los de afuera ven cosas que los de adentro no perciben. Pero doña María sí logra ver desde adentro y sus observaciones son profundas y llenas de detalles.

¡Léelo!